Se ha terminado el año escolar, es hora de darle paso al verano, adiós momentáneamente a las tareas, a los profesores y a los amigos de clases. Realmente deseaba que llegara este momento, a pesar de que me fue bien en este último año escolar, quería salir de ahí, estaba agobiado por las eternas clases, que en muchos momentos se volvían interminables, deseando que el reloj corriera más rápido, para irme de ahí, no es que no me guste estudiar, es que solo necesito un pequeño descanso.
Estaba emocionado pensando cómo iba a ser este verano, pensaba en ir a la playa o que seguramente me iría de viaje con mis padres. Cosa que realmente no paso, se quedó en mi mente como un plan que no se podía ejecutar en este verano. Resulta que mis padres están muy ocupados, y este verano no tienen tiempo para disfrutar y compartir en familia, el dinero últimamente ha estado muy escaso, y se ve que necesitan ayuda.
Por eso he decidido ponerme a trabajar, esto no era el verano que soñaba, pero debido a la circunstancia, esto es lo que me toca. Tuve una semana revisando el periódico en busca de un trabajo que me permitiría ayudar. Ah, pero hay un detalle en todo esto, mis padres no lo saben, ellos prefieren que mi única concentración sea en los estudios, pero realmente no puedo ser indiferente al problema.
Hasta que, por fin, conseguí un trabajo, que consistía trabajar en un plan vacacional con niños, no era mucho lo que me iban a pagar, pero sin duda ayudaría. No soy un fanático de pararme muy temprano, pero debía hacer ese esfuerzo, para ir a mi primer día en el plan vacacional, realmente me paso lo de siempre, me pare muy tarde, y tuve que irme muy rápido al trabajo, por mi cabeza pasaba “Primer día y ya voy a llegar tarde, seguramente me botan”, así fue todo mi camino hacia el lugar de mi trabajo, además de que tenía todavía mucho sueño, por mi cabeza paso devolverme a mi cama, pero la voluntad por ayudar a mis padres podía más.
Llegue al trabajo y no me dijeron nada, al final fue solo un susto, era inevitable poder quitar mi cara de sueño. Mientras el instructor hablaba, tenía la mirada perdida, ni siquiera había observado a quien tenía a mi lado. Ahora, llego un momento que me ofrecieron un poco de café, que no dude en aceptar, y realmente fue muy poderoso ese café, quien sabe si tenía algo más, pero realmente me sentía como nuevo, a partir de ahí, preste mucha más atención y comencé a observar a quienes tenía a mi lado, nadie me sorprendía la verdad. Cuando de la nada, apareció una chica hermosa, mis ojos se le quedaron observando fijamente, parecía casi un baboso, pero es que aquella chica, era lo que le faltaba a aquel día para que fuera especial.
Mientras el instructor la regañaba, por llegar tarde, yo no dejaba de mirarla. Comenzamos a trabajar y realmente no me concentraba en mi trabajo, estaba más pendiente a lo que ella hacía. Si, para mí era amor a primera vista, pero no para ella, creo que ni siquiera sabe que estoy aquí, pero es entendible, ella está haciendo su trabajo, mientras yo parezco un loco enamorado.
Hasta que un momento, bajo el caluroso sol, y niños disfrutando del plan vacacional, ella se me acerca y me pregunta: “Hola cómo estas”, me le quedo mirando, pero estaba paralizado, tenía miedo a equivocarme con mi respuesta, realmente no pensaba en la respuesta, sino más bien pensaba, “Ella me está hablando, no lo puedo creer”, así que, ella nuevamente me vuelve a preguntar “Hola como estas”, pero yo seguía sin reaccionar.
Entonces la chica no insistió más y se fue, y después de tan vergonzoso momento me decía a mí mismo “Realmente soy un estúpido ¿qué me paso?, ella se fue enojada pensando en que yo no le quería responder, pero la verdad es que, si quería, pero no podía pronunciar ninguna palabra. Todo el verano fue así, nunca pude dar el paso, para entablar una conversación con aquella chica que me gustaba y que obviamente a otros también, no tuve la fuerza necesaria para demostrarle que me gustaba y que quería estar con ella, pase noches y noches, pensando en cómo sería todo, pero fue algo que quedo en mi imaginación, anhelando conocerla más, pero no pude, el miedo me domino, sabia en el fondo que esa era mi oportunidad y que muy probablemente no la volvería a ver, pero a pesar de saber eso, tampoco hice nada.
El verano se acabó, y solo quedan los recuerdos, es hora de volver a clases, enojado conmigo mismo por tener tanto miedo a hablarle, pero sin duda, en mi mente siempre estará, la chica del verano pasado.
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