Nacer y morir es parte de la vida, todos nacemos en lugares distintos y en culturas muy distintas. Vivimos experiencias que nos hacen crecer como personas, aprendemos de lo bueno y lo malo, somos seres luchadores desde el primer momento que nacemos, tenemos ilusiones y sueños, esta última es la más difícil que te puedan quitar, porque siempre está ahí contigo, no importa la circunstancia.
Somos seres que amamos en muchos casos de dónde venimos, apreciamos nuestra nacionalidad, amar a nuestro país es un amor muy sincero, defender tus ideales ante la opresión que se pueda dar, es un gesto prácticamente automático. A veces no apreciamos la libertad, sabemos que está ahí, pero en nuestras mentes creemos que siempre estará, pero no es así, algún día es arrebatada, y comienzas a sentir que nada es seguro en esta vida.
Vivir experiencias es extraordinario, pero no tener la posibilidad de elegir, de dar tu opinión ante la situación, es una experiencia desagradable, pero mucho más si eres joven. Y eso es lo único que has visto, no has tenido la oportunidad de conocer algo distinto, te has conformado con la miseria, y en cierta parte nos hemos vuelto miserables, no tener sentimientos cuando un niño se muere por falta de medicamentos, cuando lo ves comer de la basura, no ver sus flacos cuerpos, que por dentro se están muriendo de hambre.
No tener sentimientos hacia eso, es ser un Coño de Madre, algunos pensaran que lo que digo es una vulgaridad, pero es que realmente no tiene otro nombre. Yo hablo con sinceridad, porque realmente me duele, ver la indiferencia al problema, pensar que todo está bien, cuando no es así, ser conformistas, es nuestro mayor problema.
Ver a jóvenes que no tienen la culpa del problema, peleando por un país mejor, es para que nos pongamos a pensar, si no es hora de rescatar de las cenizas donde se encuentra sumida nuestra patria querida. La palabra patria, mal utilizada por cierto personajes, para mostrar un rostro de socialismo caduco, que en 18 años no ha resuelto el problema, sino que lo ha empeorado de manera perversa. Esa ansia de poder enferma, que los ciudadanos tienen que pagar la consecuencia, y realmente está bien que nos pase, porque nosotros somos parte del problema.
Nuestros padres, tíos, hermanos mayores, los pusieron allí, creyendo que harían un país mejor. No los culpo realmente, uno siempre desea lo mejor, pero el supuesto remedio llamado “Revolución”, ha sido peor que la enfermedad vivida en el pasado.
Seré de los últimos en irme, porque estoy plenamente convencido que tenemos el mejor país, pero que en estas horas sigue siendo mal gobernado, yo no creo en los políticos, son personas que negocian a nuestras espaldas para buscar sus propios beneficios, mientras el ciudadano común, sufren la consecuencia de una destrucción sistemática de nuestra patria.
Si algo hay que aspirar, es que los políticos de turno, reivindiquen aquello que llamamos “Política”, que en esencia no es mala, los malos son sus protagonistas, que no terminan de entender realmente lo que significa. Estoy seguro que mejores vientos vendrán pronto, pero mientras tanto, debemos seguir en búsqueda de la Libertad que todos deseamos. Nunca es tarde cuando se trata de recuperar lo que nos pertenece a todos.
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