Cuando era pequeño, mi abuela me contaba acerca de cómo Venezuela tenía de un poco de todo; Bosques, selvas, montañas, ríos, mares, desiertos y hasta nieve, le pregunté cual era la ciudad que más hacía frío o que tenía ese clima de forma perpetua y me dijo : "Mérida mi flaco, Mérida." Añadía que habían niños y adultos con los cachetes rojos del frío y con una forma bastante particular de hablar, que Mérida tenía picos montañosos arropados de nieve y mucho más.
Ya en mis 20 años, apareció la gran oportunidad de poder viajar a esa ciudad que con tanta curiosidad e imaginación había armado en mi cabeza. Fue en semana santa cuando junto a mi mamá y hermano y otras dos familias amigas, partimos hacia la ciudad fría. En este post les contaré cómo fue la odisea de llegar, a través de mi fotografía y anécdotas de cómo fue el trayecto, las peripecias que vivimos hasta como fue llegar a nuestro destino. Espero y lo disfruten.
Primera parte.
"Mamá son las 4am, ¿no podemos irnos un poquito más tarde?".
Teníamos que partir temprano, 4:00 de la mañana para ser más exacto. Nuestra primera parada fue La Victoria, Maracay, allí se nos unirían las hijas de uno de los padres que nos acompañarían en el viaje. También funcionó para asegurar bien todo el equipaje que teníamos en el carro el cual mi mamá y yo íbamos, Ya saben para aligerar carga y no tener que llevar mucho peso dentro del carro.
"Método infalible contra todo riesgo de caída papa 😎, todo este perolero no lo tumba nadie ni Chávez". Bromeó el señor.
Autoretrato.
Como siempre, no se puede empezar una travesía sin un buen desayuno, así que los pilotos decidieron ir directo hasta El palito, puerto cabello, para así recargar energías hasta una próxima parada.
Hasta aquí todo iba bien, todos habíamos desayunado,los vehículos no se estaban quejando y las familias contestas y encaminados directo a nuestro destino.
Segunda parte.
¿No escuchas el carro como raro?
Ya en la vía y con bastante sueño, el auto donde nosotros estábamos empezó a dar señales de no querer continuar, poco a poco iba disminuyendo la velocidad o por momentos se apagaba de golpe pero aún así el auto dió lucha pero no tanta, yo me había quedado dormido a ver si al despertar el panorama cambiaba un poco pero no fue posible.
Había caído en sueño y al despertar, encuentro con la noticia de que nos hemos quedado varados en medio de alguna carretera en algún lugar. No soy geógrafo ni nada por el estilo,desconocía donde estábamos, el sol estaba a su máximo esplendor, calentando el metal, haciendo sudar y dándonos un bronceado no merecido.
Los pilotos trataban de ver cómo podrían arreglar aquel Optra plateado, decían cosas como : "Eso es seguro un peo de empacadura mano, te va es a costa sendo billete" y así estuvieron un buen rato hablando "mecánico".
Gestos del calor.
Este soy yo sobrellevando el calor.
Y todos ellos son las familias 😃.
Por un milagro arrancó el carro, después de unas dos horas de sol, chistes y bronceado, seguimos nuestro camino pero no llegamos en el mismo auto a Mérida, el carro en definitiva quedó varado en Trujillo y todos los que estábamos en el Optra tuvimos que pasarnos a la Meru, que funcionaba como artillería pesada.
Yo y mi cámara estábamos sin mucha energía, tenía que aprovechar ese sol y cielo impecable y colorido que se me brindaba en ese momento.
Si logramos llegar a Mérida, a eso de las 2:00 AM, después de casi perdernos en los páramos, marearnos y varios males más llegamos pero eso es otro cuento que pronto le contaré.
Espero y les haya gustado este post que sirve como prólogo a lo que fue mi viaje Mérida, pronto les mostraré mucho más 😃.
Todas las fotografías fueron tomadas por mí, con mi cámara réflex Nikon D60, lentes: NIKKOR 18-55MM Y TOKINON 35-200MM
¡HASTA UN PRÓXIMO POST, GRACIAS POR LEER!