No todo es lo que parece
Puede que coincidamos en algunas preferencias o gustos con otros, pero no todos tenemos exactamente los mismos gustos, porque si no imagínese todo fuese un unísono constante, todos vestidos del mismo color, los mismos zapatos, la misma comida, unos zombies en cuerpos de vivos.
Mis inseguridades son mayores que la de cualquier otro, no porque me paguen por un servicio significa que sea de calidad, aunque desconozco realmente si es de calidad o no, eso no lo dicto yo, lo dicta el cliente.
Las personas no saben por qué decidí tomar este rumbo, un rumbo que parece ser el más fácil, sin embargo es un camino tortuoso, llenos de infelicidad, de injusticia, de falsedad, y sinceramente yo tampoco lo sé. Yo no me sentía capaz de alcanzar algo por mis propios medios, siempre fui invadida por mis inseguridades noche tras noche, era una lucha eterna contra otros seres que habitan mi cuerpo, sería muy cobarde decir que ellos dictaron mi camino, pero eso soy, una cobarde, así que eso fue lo sucedido.
En este camino me he dado cuenta de mi vocación, o en realidad no en este camino, lo supe desde que era una niña, solo me lo confirmo. Todas las mañanas solía pararme frente al espejo, sabía que era muy bella y risueña, duraba aproximadamente 15 minutos peinándome, y 15 minutos más viéndome a mí misma, tenía noches de pasarela dentro de mi habitación, me escabullía a la de mi madre a tomar prestado su maquillaje y tacones, me sentía con poder, famosa, y esa sensación me gustaba, era realmente agradable.
Sin embargo, esto solo ocurría dentro cuatro paredes, yo era la reina del lugar, cantaba, bailaba, modelaba, en fin… la luces era lo mío, yo era una en un millón.
En el colegio, la historia era otra, pase toda mi primaria secundaria, era bastante retraída, pasaba desapercibida, carecía de carisma y simpatía, no solía tener amigos, rodeada de unos ineptos que solo les gustaba juzgar a los demás y sinceramente eso no era lo mío, ayudaba a quien pudiese, siempre y cuando la otra apersona me lo permitiera, pues de hecho nadie me frecuentaba, nadie me saludaba ni por casualidad.
Finalmente, logre salir de esa tortura, de esa jungla llamada escuela, fui la única que lo hizo con honores, y por eso hasta el día de la promoción fui merecedora del burlas y atropellos, ya estos para mi tranquilidad no dolían tanto como unos años atrás, sin embargo seguían dejando huella.
Huellas que me convirtieron en lo que soy hoy.
No me tomo mucho tiempo para darme cuenta de cómo se movía el “sistema”, en realidad me sentía indefensa ante la monstruosidad de él, me preguntaba qué sería de mi vida una vez en la universidad, y es que ni siquiera sabía que iba a estudiar, a pesar de mis excelentes notas en el colegio, no sabía de qué iba a vivir.
Empecé estudiando comercio exterior en una muy buena universidad de mi ciudad, solo pocos pueden ingresar, siempre me pareció que la industria del comercio es el motor del mundo, el motor de las personas, de la sociedad. Estando allí conoce, varias personas, ya no era tan tímida sin embargo me reservaba el derecho de admisión a mi entorno, sin embargo logre tener una buena relación con dos compañeros de clases, Emiliano y Karla.
Era agradable su compañía, primera vez que tenía una relación de ese estilo, era realmente cómoda su compañía, gracias a ellos fue que empecé a congeniar con más personas, no todos me agradaban, pero yo hacia el intento.
Gracias a ellos conocí a Israel, y en ese momento mi mundo se detuvo, era unos cuantos años mayor que yo, tenía cabello oscuro, piel un poco quemada y unos diminutos ojos, pero para mí esas características eran sinónimo de perfección.
No nos tomó mucho tiempo empezar una relación, yo estaba sorprendida de mi misma, pero al parecer también le atraje lo suficiente, fue algo mágico.
El me ofreció un negocio en otro país, específicamente en Colombia, consistía en expandir el mercado en este país de ropa y calzado de marca nacional, yo estaría cumpliendo dos roles, en cuanto a logística y como modelo. Me pareció una idea fantástica, con el amor de mi vida, en otro país y emprendiendo en lo que siempre me ha llamado la atención, que es el comercio. A mis padres no les agrado mucho la idea, pero ellos me apoyaron, sobre todo por el hecho de que ni siquiera había terminado mis estudios.
Partimos un 4 de Agosto, cuando llegamos yo quede enamorada de la ciudad, de su gente, inmediatamente comimos y fuimos a recorrer un poco, al día siguiente teníamos una reunión con clientes. Ese día culmino de maravilla.
Yo me levante muy temprano, el desayuno estuvo exquisito, nos fuimos del hotel camino a otro que quedaba a unas cuadras, pues ahí era la reunión, en el lobby estaban señores muy bien vestidos, con sus maletines, unos ejecutivos cualquiera. Israel me dijo que me quedara afuera unos minutos, que prefería que yo no estuviese para que los clientes no se distrajeran, y que además yo no sabía mucho respecto al tema, a lo cual accedí.
Una hora y veinte minutos después, había culminado la reunión, el salió como preocupado o nervioso, se estrecharon la mano y ellos se fueron rápidamente.
Le pregunte a Israel, que como le había ido, y el me dijo que todo estaba bien, pero que debía hacer una diligencia muy cerca de allí, que lo esperara en el lobby del hotel. Quede muy confundida, pues no sabia por que no podía acompañarlo, sin embargo me quede.
Unos minutos mas tarde, llego un chófer en una limusina preguntando por mi, yo me levante y dije rápidamente que era yo, me dice que debíamos irnos del hotel, que Israel me había mandado a buscar.
Una vez montada en la limusina, le pregunto:
-¿Donde esta Israel?
Y el me dice :
-No lo se, solo estoy haciendo mi trabajo
-¿Pero como sabe que me tenia que buscar? ¿Cuando Israel se lo dijo?
-No me lo dijo Israel, fueron los jefes.
-¿Cuales jefes?
-Sus jefes y mis jefes, ¿o es que acaso no se lo dijo?
-Pues no, no entiendo nada
-Ya lo entenderá. No se preocupe, el trabajo es bastante sencillo, todos nuestros clientes son vip, ademas puedo observar que sus facciones son bastante atractivas para ellos, sera un éxito rotundo en la casa.
Entonces me di cuenta, que la mercancía era yo, que el producto que ellos querían adquirir era a mí, y así pasaría de consumidor en consumidor, sin pataleo ni queja, sintiendo como se me va la vida con cada uno de ellos.
Y así fue como llegue a la casa de Marta Pintuco.
No todo es lo que parece, segunda parte
Una historia bastante conmovedora ¿cierto?, es muy fácil ser la víctima, pero que pensarían si yo unos días antes del viaje había escuchado una conversación de Israel, escuchando con detalle cual era el verdadero negocio y aun así accedí al viaje. Yo sabía perfectamente en donde me estaba metiendo, y sabia hacia donde me dirigía, las personas creen engañarme, cuando yo los engaño a ellos, entre en sus mentes, logre conmoverlos, ustedes suelen ser ilusos y yo me aprovecho de eso, mis actuaciones son esplendidas, me gozo el personaje, de eso vivo.
Debo confesar que al escuchar esa conversacion, quede desconcertada, pero era algo que me atraía, pues sabía perfectamente en qué consistía, Karla eventualmente lo hizo, con sus lujos y viajes incluidos, no la juzgaba por eso, yo también deseaba entrar a eso por alguna extraña razón, pero ella insistía en que no era para mi.
Empecé a recopilar información acerca del lugar, de cómo era el negocio en esa ciudad, y fue algo esplendido, iba a llegar a una casa de prestigio, una casa donde no entra quien quiere si no quien puede.
El recibimiento y entrenamiento fue estupendo, los nervios estaban a flor de piel, pero fue algo que pude superar. Me disfruto mi trabajo como cada linea de este texto.
Y finalmente, así fue como empecé a brillar entre cuatro paredes.
Fuente
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