¿Qué decir de Venezuela?
Las mejores playas. Durante mucho tiempo recorrí las playas de este país, soy fan de visitarlas. En otros tiempos, solía quedarme a la orilla de la playa, en carpas, es esa una experiencia extraordinaria. Ver al sol ocultarse, disfrutar de noches de luna llena, ver la luna reflejada en el mar inquieto, sentir el interminable oleaje que te muestra esa fuerza vital que existe en la naturaleza.
Recuerdo mucho cuando aún en el liceo, nos íbamos a Patanemo, en el estado Carabobo, un grupo de muchachos, pasábamos hasta diez días continuos en esta hermosa playa.
Era una especie de camping continuado, en esos tiempos, hacíamos fogatas que alimentábamos con la leña que todos buscábamos, siempre nuestra fogata era la más grande, por supuesto, en ocasiones estábamos un grupo numeroso de chicos con mucho tiempo para disfrutar.
La bahía de Patanemo nos proporcionaba unos paisajes espectaculares, nada que envidiar a ninguna playa del mundo. En nuestras excursiones, mientras nos quedábamos en ella, solíamos recorrer sus maravillas, había una laguna de agua salada, había una desembocadura de un río y además escalábamos la montaña.
Los días se hacían cortos y nunca me cansaba del mar, por supuesto, dado que regresábamos cada año, ya había personas y familias con quienes nos veíamos sólo en ese tiempo.
El ambiente que se vivía era extraordinario, las noches de cantar acompañados de guitarras y público que nunca faltaba, cada quien que llegaba, aportaba algún tipo de bebida, chicas que apenas estábamos conociendo, fueron tiempos maravillosos.
Tuve la intención y además la suerte de recorrer casi todas las playas desde el estado Zulia hasta el estado Sucre, además de visitar la isla de Margarita en algunas ocasiones.
Así mismo se tiene ciudades y pueblos inolvidables, muchos de los cuales serán nombrados por las personas quienes aceptaron el reto de escribir acerca de Venezuela, de modo que quiero referirme especialmente a las personas, a mi bella gente, mis coterráneos, gente cálida y de calidad.
En mis no pocos viajes a través de este país, siempre ha habido un factor común, que son las personas, gente amable y hospitalaria. Como en Falcón o Mérida, donde siempre te invitan a comer, como en el Zulia, donde en cada casa que llegas te ofrecen un café caliente, dicen los maracuchos que el calor se combate con un cafecito caliente.
Como ocurre también en el oriente, donde las personas son esplendidas con su trato, su comida y su hospitalidad, ni decir del llano, pude disfrutar siempre de ese ser venezolano que se tiene a flor de piel.
Venezuela no sólo es el puente sobre el lago de Maracaibo, o las cuevas del Guácharo, o el teleférico del Ávila, o el de Mérida, o la laguna de Mucubají, o el Campo de Carabobo.