Yo soy invierno y tú eres primavera. A veces, también eres verano, eres fuego, eres pasión y eres alegría. Lo opuesto a mi, que soy invierno o a veces otoño, pues soy nostalgia y melancolía.
Tú eres como el Sol que brilla intensamente aun frente a la adversidad y yo soy como la Luna que tímidamente te pide ayuda para brillar.
Yo soy frío y tú eres calor. Y aunque podrían decir que somos completamente opuestos, en realidad, es al revés; porque tú y yo nos parecemos en diferentes aspectos.