No había pasado un año entero cuando mi alma fue liberada,
siempre recordé el abismo de tus pisadas marchándose lentamente de mi lado
En sueños me hablaron, me dijeron tu nombre, me dijeron que te irías
porque las semillas del tiempo se habían desgranado desde el fondo de mi
corazón de minotauro.
Las luces de la ciudad santa se apagaron cuando te alejaste de sus muros.
Nadie volvió a reír solo lluvia de llanto entre tanta soledad, el tiempo no volvió a sembrar en mí su compasión
Solo tempestad.
Misericordia Señor... Misericordia
Cuando será el día que ella volverá.
El demonio me arrancó lo que yo mas quería, gracias a mi propia necedad.
En un fuerte abrazo se sellará el destino de lo que queda, los remanentes de una memoria olvidada, las segundas oportunidades se agradecen en un nuevo plano dimensional. ETER.
Fotografías de mi autoría:
Nahu Padilla, Febrero 2018