Todos en nuestra vida nos enamoramos, algunos con frecuencia y otros como yo son más selectivos, incluso cuando no podemos escoger a quien amar, y el simple verbo tiene implícito ese hecho.
Amar es un proceso extraño, confuso y dinámico, muchas veces no entendemos qué es lo que pasa y genera este proceso, podemos teorizar y generar hipótesis o hablar sobre el hecho científico que significa amar, Pero algo tenemos claro, es involuntario, visceral, irracional y completamente pasional.
Como dije al inicio no podemos escoger a quien amamos, y muchas veces no podemos explicar por qué lo hacemos, incluso cuando la razón de donde nace nuestro "Amor" no nos devuelve nada y pareciese que nos quita todo.
Entre dos amores
Cuando se trata de amar digamos que no aplica solamente a personas, a veces logramos amar con intensidad ciega alguna idea, convicción o anhelo. Yo no escapó de aquella situación, en donde la idea, el anhelo y una convicción son amadas con fuerza, con fuerzas que no tengo palabras para explicar y que abandonar para mi es muy difícil.
La diatriba de armar algo intangible se palpa cuando al llevarse al mundo real es incomprendida y sin sentido práctico. Por que amar tiene un sentido práctico, al dejar de preocuparnos por el YO y empezar por un "Nosotros" nace el núcleo de la familia, algo muy importante para trasmitir valores a las crías.
Aun así sabiendo que amar es visceral no puedo escoger a quien amo, es algo que simplemente hago, el problema es cuando entra en un conflicto de intereses, entre las pasiones que nos genera amar a una persona y a las pasiones e ideas