E-Governance y Blockchain: El Futuro de la Democracia
El nacimiento de la democracia fue ya hace más de 2,500 años. Sus inicios en la antigua Grecia no fueron nobles y justos, sin embargo, en la actualidad la encontramos en un pedestal como símbolo de la equidad entre los ciudadanos y ciudadanas.
Como conceptos la democracia y los procesos electorales han evolucionado. A pesar de ello, sus incontables problemas alrededor del globo son visibles en especial en Latinoamérica donde los casos de fraude, compra y venta de votos, quema de papeletas, violencia política e incluso elecciones simuladas con formas de gobernanza autoritarias y dictatoriales prevalecen en la región.
En este punto de la historia las tecnologías y específicamente la tecnología blockchain (o “cadena de bloques”) nos han otorgado la capacidad técnica para proteger los derechos humanos, las libertades individuales y garantizar de una vez por todas un voto confiable e inmutable.
La blockchain es una base de datos distribuida (pública o privada) que trabaja por consenso y que está formada por una cadena de bloques diseñada para evitar su modificación una vez que un dato ha sido publicado en un nuevo bloque usando un sellado de Time Stamp, el cual queda enlazando a un bloque anterior. Por esta razón es especialmente adecuada para almacenar de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de modificación ni revisión a menos que sea un blockchain editable, en cuyo caso de igual forma, deja un registro de la modificación.
En pocas palabras, la blockchain funciona como un libro abierto distribuido que puede ser utilizado para registros, como el de transacciones de propiedad, rastreo de historiales médicos, servicios ciudadanos, registro de identidad y mucho más. Día a día, la cadena de bloques también puede ayudar a que los procesos y compras gubernamentales sean más eficientes y transparentes, reduciendo las posibilidades de error.
Si bien la digitalización de la gobernanza del continente americano va a paso de tortuga y las operaciones gubernamentales todavía se encuentran ahogadas en montañas de millones de documentos físicos, con la tecnología blockchain los expertos podrían haber encontrado una forma de deshacerse por fin de la documentación en físico.
El ejemplo estonio
El país báltico es a menudo anunciado como un brillante ejemplo de desarrollo progresista de la cadena de bloques, especialmente en el ámbito gubernamental. Los estonios que han participado en la primer prueba de voto electrónico con tecnología basada en la blockchain expresaron que el sistema es "muy limpio e intuitivo", y calificaron la plataforma como "una herramienta rápida y sencilla para votar".
De hecho, el país europeo afirma ser "probablemente el único del mundo donde el 99% de los servicios públicos están disponibles en línea las 24 horas del día, los 7 días de la semana". El gobierno estonio, por ejemplo, utiliza la blockchain para almacenar y compartir datos sanitarios y registros médicos, lo que permite a los médicos de todo el país acceder y contribuir a una plataforma descentralizada y segura.
El futuro del voto
El gobierno electrónico o E-Governance aún se encuentra en pañales, y la tecnología de la blockchain todavía tiene camino por recorrer antes de convertirse en el standard para garantizar la seguridad y transparencia de la democracia.
Mientras tanto, cada vez más países empiezan a explorar la aplicación de la blockchain en los procesos electorales y en otros ámbitos más allá de las criptomonedas. Pero los políticos y funcionarios, a nivel local, regional e internacional, están empezando a entender la realidad de un futuro con procesos democráticos avalados por la tecnología.
El uso de sistemas basados en la blockchain y el voto electrónico son una combinación para resguardar la decisión de los electores en cualquier proceso electoral y a la vez genera confianza y seguridad, tanto en el sistema como en sus resultados. Las bases de datos distribuidas garantizan que todas las partes vean la misma información, sin que una parte tenga que confiar en la otra, ya que una vez que registrados en la cadena de bloques los datos de entrada no se pueden falsificar o alterar.
Ciudadanos del Siglo XXI
Algunos knowmads (nómadas del conocimiento) ya están utilizando la blockchain para prever un futuro sin fronteras, impulsado por las nuevas tecnologías.
La iniciativa BITNATION, por ejemplo, ofrece un enfoque totalmente nuevo para la ciudadanía en línea, con una plataforma basada en la cadena de bloques y un marco de embajadas, servicios de seguridad, educación, contratos públicos y hasta una agencia espacial.
La evolución tecnológica marcha de forma incesante y cada vez más rápido. Los gobiernos de muchos países y corporaciones multinacionales ya se encuentran compitiendo por el desarrollo de la tecnología de la cadena de bloques.
Bajo este nuevo paradigma, se están diseñando múltiples sistemas electorales basados en la blockchain, que no dependen de un tercero, (en este caso un ente electoral), para acreditar como ganador una opción o un candidato en una votación. En consecuencia, bastaría con crear un Smart Contract electoral que se activará un día específico desde y hasta una hora determinada para registrar los votos de un grupo de ciudadanos siempre y cuando ya no existan nuevos electores, en donde el Contrato Inteligente, al término del tiempo establecido para su ejecución y en base a unas reglas preestablecidas, establezca de una vez la opción con más votos válidos y en consecuencia efectúe la acreditación respectiva a la selección ganadora. Esto llevaría el uso de un sistema electoral con la blockchain a otro nivel de privacidad, transparencia y seguridad, donde las y los votantes podrían estar seguros de que sus votos no serán alterados, su identidad no estará comprometida ni el conteo será falseado haciendo que el proceso sea completamente transparente, automatizado y confiable.
Gracias también a la naturaleza distribuida de blockchain y a la posibilidad que brindan los contratos inteligentes se puede apostar a aplicar esta herramienta tanto en elecciones universales directas, como indirectas. Es decir, las personas podrían votar directamente desde cualquier parte del mundo por la opción de su preferencia o delegar por medio de un contrato inteligente la capacidad de voto a otra persona que consideren más capaz.
Por otro lado, el consenso distribuido en el que se basa la blockchain podría proponer nuevos sistemas e instituciones electorales donde el poder de contabilización, verificación y legitimación no esté en manos de un centro o grupo de personas que conforman el Estado, sino de una comunidad de ciudadanos sin fines políticos. Esto pudiera afianzar la separación de instituciones en las naciones y limitaría el poder de un gobierno o grupo político sobre los resultados de una votación.
Lo que es seguro es que el éxito de la Cadena de Bloques cambiará el sistema electoral y las formas de gobierno fortaleciendo la democracia para el bien común, y no para quienes hoy en día ejercen la voluntad de poder.