Desde la época de los filósofos griegos, los humanos han especulado sobre la existencia de otros mundos. Hoy sabemos que nuestro cielo nocturno está repleto de exoplanetas — planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar. El 24 de agosto el mundo recibió con entusiasmo el anuncio de que científicos habían detectado un planeta orbitando no cualquier estrella, sino la estrella más cercana a nuestro sol.
El descubrimiento fue emocionante principalmente por la posibilidad de que este planeta, conocido como Proxima Centauri b, tenga las condiciones necesarias para albergar vida. Pero para entender la importancia de esta noticia, hay que ver más allá de la algarabía y examinar los hechos.
Los científicos no han visto el planeta directamente. En lugar de eso, Proxima Centauri b fue descubierto de manera indirecta a través de una técnica con la cual se pudo observar con precisión el pequeño movimiento de la estrella, debido al efecto gravitacional del planeta que la orbita. En la publicación formal que relata el descubrimiento de Proxima Centauri b, los astrónomos concluyen que la información se explica mejor con la presencia del planeta, descartando cualquier otro fenómeno (como las manchas estelares) que podría haber provocado una falsa alarma. Pero ya que los autores siguieron protocolos estándar usando instrumentos y técnicas de análisis de vanguardia, los astrónomos a nivel mundial aprueban el descubrimiento.
Lo que se sabe hasta ahora de este planeta (el cual se encuentra a una distancia aproximada de 25 billones de millas) es que su masa es 30% más grande que la del planeta Tierra. La orbita del planeta (o año) es igual a once días en la Tierra, lo que significa que Proxima Centauri b está muy cerca de su estrella (sol). El planeta recibe tanta energía de su estrella como lo hace Marte con nuestro sol. También se conoce que Proxima Centauri b es una enana roja con poca producción de energía.
Con esta información, se puede especular sobre como sería un viaje a Proxima Centauri b. Hay un aspecto bastante interesante y es que el sol en este planeta siempre está en un mismo lugar. Podemos escoger entre visitar una parte del planeta donde siempre es de día o una donde siempre es de noche. Incluso podemos escoger viajar a una parte del planeta donde el atardecer es perpetuo.
La razón por la cual el planeta tiene días y noches permanentes es por la cercanía con su estrella. La gran fuerza gravitacional de esta estrella con el tiempo habría forzado al planeta más cercano a permanecer en un estado de "anclaje", donde el planeta siempre muestra una misma cara hacia la estrella, tal como lo hace nuestra luna con la Tierra.
Tu cumpleaños en Proxima Centauri b sería cada once días. La gravedad superficial de este planeta es mayor que la de la Tierra. También podría ser difícil ver en este planeta ya que su estrella es tenue y roja.
Para el terrícola promedio, visitar este planeta no sería muy divertido. No podríamos usar nuestros teléfonos ni jugar videojuegos, y tendríamos que usar protector solar (uno poderoso) todo el tiempo. Esto se debe a los rayos ultravioletas y las grandes llamaradas de energía provenientes de su sol que bañan constantemente la superficie de este planeta. Esto no solo inhabilita cualquier dispositivo electrónico, también podría destruir nuestras células. Tendríamos que pasar nuestro viaje en el lado oscuro del planeta para poder protegernos.
Regresando a la Tierra, los astrónomos están felices por la posibilidad de que la temperatura superficial de Proxima Centauri b sea realmente la adecuada para albergar vida. Dicha temperatura está controlada por los gases de invernadero. De momento, lo astrónomos están ocupados con ideas sobre como estudiar la atmósfera del planeta, posiblemente a finales de esta decada luego del lanzamiento del telescopio espacial James Webb o en un futuro con los telescopios terrestres que se construyen en Chile y en Hawaii (con espejos de 20 a 40 metros de diámetro).
"Cuando se anunció el descubrimiento de Proxima Centauri b, yo estaba en mi casa de verano en uno de los Grandes Lagos. Afuera, en el cielo nocturno, un numero espectacular de estrellas me saludaba. Sabía que Proxima Centauri b solo se puede ver en el hemisferio Sur, y es demasiado tenue como para verlo a simple vista. Pero eso no impidió que me preguntara, "¿Qué—y quien—está allá afuera?" Me gusta imaginar que en un planeta orbitando una de esas estrellas hayan alienígenas mirando nuestro sol distante, haciéndose la misma pregunta." Sara Seager, astrofísico del MIT.
Fuente: Quartz