Si te gusta comer alimentos marinos, es probable que te hayan engañado — muchas, muchas veces. Un nuevo reporte hecho por Oceana, un grupo ecologista sin fines de lucro, ha descubierto que uno de cada cinco pescados que se compran al por menor y en restaurantes están mal etiquetados, y en muchos casos el engaño es intencional. Oceana analizó más de 200 artículos revisados por expertos, así como también reportes de noticias, documentos gubernamentales y reportes sin fines de lucro. En todos, el grupo encontró que 19% de 25,700 muestras globales (extraídas de los documentos) habían sido mal etiquetadas. La mayoría de los tiburones que se sirven en Brasil son en realidad peces sierra (una especie en peligro de extinción). En Italia, se encontró que el pez globo se estaba vendiendo como calamar. En EEUU, los pescados que más se falsificaban eran el pargo, el mero y el salmón. Muchos de los pescados blancos en EEUU se vendían como pargo, y el mero era en realidad bagre asiático. Se encontró que el bagre asiático es el pez que más se sustituye en el mundo — usado como un sustituto de 18 variedades de pescados. En muchos países es legal vender diversas especies de pescado bajo un nombre universal. En Grecia, por ejemplo, la merluza, el bacalao, el eglefino y la pescadilla, todas se venden como "bakaliaros". Alrededor de 66 especies de pescado también se venden como "mero", haciendo casi imposible para los consumidores saber con exactitud que pescado están comprando. Como el calamar en Italia, en China el pez globo se vende como bacalao, en Taiwán como lijas y en Chicago como rapes. En al menos cinco países, muchos consumidores se han enfermado por comer Escolar ya que este se vende como bacalao, lubina, romerillo, palometa y atún blanco. Este tipo de fraude claramente impide a los consumidores escoger los alimentos por su nivel de salubridad o duración. En 2014, el comercio mundial de alimentos marinos fue valorado en 148 mil millones de dolares. Oceana afirma que la adulteración de pescados es un negocio grande. "Alrededor del mundo, nuestro análisis revela que el mal etiquetado de alimentos marinos parece estar motivado principalmente por un beneficio económico, engañando a los compradores intencionalmente en todos los niveles de la cadena de suministro," indica el reporte. "65% de los estudios analizados incluyen una clara evidencia de adulteración en los productos del mar." Fuente: Quarz