Acabo de ver un vídeo que hizo el súper emprendedor Gabriel Blanco, que me impactó.
Para quienes no lo saben, Gabriel consiguió su primer $1.000.000 a sus 20 años de edad.
Él tiene un reto, además de sus innumerables actividades y proyectos, de leer mil libros, uno por día y compartir el conocimiento de estos haciendo videos.
Y aquí me encontré con lo que les voy a compartir. Nos habla sobre cómo triplicar la productividad.
Uno de los mejores métodos, que nos permite ser más eficaces, yendo directo al objetivo, es el método SCRUM.
La idea es lograr hacer mejor cada vez más lo que nos proponemos; para poder hacerlo cada vez más rápido, luego de identificar que es lo que lo impide.
Para ello, lo primero es analizar cuáles son los problemas.
Segundo, en vista de que el tiempo es valioso, y no nos alcanza para hacer de todo, identificamos qué es lo que es verdaderamente importante para lograr lo que nos proponemos.
Y tercero, eliminar ese montón de distracciones, esos impedimentos que nos estorban durante todo el día.
Este método SCRUM insiste en eliminar todo tipo de distracciones. La verdad es que se nos pasa el día, cuando ya sean por las interrupciones de terceros, o cuando nos desviamos haciendo cosas improductivas. También se conocen como los “ladrones del tiempo”.
Dedicar el tiempo en tareas, que a veces parecen buenas, pero que no son las más importantes, es uno de los impedimentos que hacen que los emprendedores, aun cuando se afanan trabajando, no consiguen lo que desean.
No importa cuán ocupado estés, cuanto trabajes. Si no estás concentrado en lo más importante, la vida se te va a ir sin los resultados que esperabas.
Cuidado con el exceso de planeación.
A veces nos llenamos de datos, de estadísticas, de gráficos, de cientos y cientos de palabras, apuntes sobre lo que hay que hacer para lograr las metas. Sí que es imprescindible la planeación, y en este momento me refiero al exceso de planeación.
Me parece que engañamos a la mente al agotarnos de poner tanto esfuerzo en el papel, porque queda la sensación de que ya trabajamos y eso aletarga la acción física del proyecto, que es lo que va a darnos el resultado.
Puede que el tener un exceso de planeación sea el miedo a lo que hay que hacer.
Eso te aleja de llamar a los clientes, de hablar con los inversionistas, de tener que ponerte a redactar los artículos que van a dar el contenido que hace falta; en fin, evita alejarte de lo productivo, quedándote bajo el papel de la planeación.
Esa es una actitud que cansa, que desanima; uno termina frustrado.
En fin, que tenemos que asegurarnos, es de:
1- Ver, analizar si vamos por el camino correcto.
2- Hacerlo cada vez más rápido.
3- Ser cada vez más productivo.
¿Qué te falta para empezar de una vez? ¿Qué te lo impide?
Vamos, querido@ emprendedor@!
Atrévete a eliminar de raíz, de cuajo esos obstáculos que te detienen para arrancar ese proyecto que está vegetando entre los papeles de la planeación.
El tiempo pasa, no permitas que se marchiten tus ideas bailando todos los días entre las neuronas.
Sal adelante, y hazlo ahora!
Thomas Flores
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