La ciudad caminante

Pertenezco a un extraño grupo de personas a los que nos gusta caminar por las ciudades mirando hacia arriba. Disfruto con la arquitectura, con la belleza de los edificios. Mirando hacia las alturas se pueden descubrir auténticas joyas fruto de la imaginación de sus creadores. 

Me encanta pasear por ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia o Sevilla donde conviven edificios clásicos, arquitectura postmoderna y construcciones futuristas. 

Al igual que me pasa con otras disciplinas artísticas, me encanta navegar por la red buscando artículos, fotos y  noticias  curiosas y extravagantes relacionadas con la arquitectura. Disfruto con la cultura retro, el futurismo, movimientos alternativos y todo aquello que salga del convencionalismo habitual. 

Recuerdo que hace unos años un buen amigo, arquitecto de profesión, me habló de un extraño y fascinante proyecto que surgió en los años sesenta y que abogaba por conjugar la cultura pop, el cómic y la ciencia ficción en la arquitectura moderna. Un movimiento que realizó una serie de utópicas e imaginarias propuestas arquitectónicas de corte futurista, absolutamente inviables de llevar a cabo, pero tremendamente divertidas y fascinantes. 

El movimiento en cuestión se llamaba “Archigram” y estaba integrado por algunos jóvenes y pujantes  arquitectos ingleses del momento . Uno de sus proyectos más llamativos se llamaba “La ciudad caminante”, originalmente llamada “The Walking city”, que por supuesto nada tiene que ver con la famosa serie “The Walking dead”. 

Se trataba de construir pequeñas ciudades móviles, robots en cuyo interior vivieran personas en diferentes estancias y que pudieran trasladarse a lo largo del planeta, de ciudad en ciudad, de país en país. Este artefacto tendría una forma similar a una especie de escarabajo gigante con patas, que tendría  autonomía propia y que se desplazaría por la noche mientras la gente dormía. 

                                                               Fuente

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Aunque totalmente inviable el proyecto,  “The Walking City” sirvió de inspiración para que su creador, el arquitecto Peter Cook diseñara años después un edificio con una estética muy parecida.  Esta obra arquitectónica se inauguró en el año 2003 en la ciudad austriaca de Graz, coincidiendo con la declaración ese año de Graz como capital europea del arte. 

El edificio de Cook fue diseñado con la intención de  cumplir la función de museo de arte contemporáneo.  Este museo del que mucha gente afirma que se parece a una oruga del revés no tiene ninguna exposición fija, sino que alberga exposiciones temporales e itinerantes de artistas tanto nacionales como internacionales, pero siempre bajo la premisa de que se trate de arte contemporáneo, con independencia de la disciplina, ya sea pintura, fotografía, escultura o cine. 

Una de las características de este edificio es su sostenibilidad, ya que cuenta con un elevado número de placas solares fotovoltaicas que permiten el autoabastecimiento energético.  

Una "ciudad caminante" que no camina, pero igualmente maravillosa. 

                                                              Fuente

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Fotografias copyright: © Eduardo Martinez, Nicolas Lackner, Christian Plach       

Fuentes:

https://es.slideshare.net/sachelis/arquitectura-pop-y-moderna-materiales 

http://arquiscopio.com/archivo/2012/07/01/ciudad-caminante/ 

https://es.wikiarquitectura.com/edificio/Kunsthaus-de-Graz/ 

http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-273005/museo-kunsthaus-graz-genera-su-propia-energia-en-base-a-paneles-solares-dispuestos-en-su-superficie-curva  

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