Conversaciones conmigo mismo sobre la realidad - Nota 2

En el capítulo anterior llegué a la conclusión de que eran los sentidos los únicos canales posibles para acercarnos al conocimiento de la realidad.

Debatimos sobre esto en los comentarios del propio post, y se dieron todo tipo de opiniones al respecto. Creo que un aislamiento sensorial total podría llevar al ser humano a un conocimiento diferentes de la realidad, sólo con el tiempo y el valor suficiente como para poder afrontar esta nueva relación con ella, sin caer en el pozo de la demencia. Creo que no todo el mundo sería capaz de llevar esta situación a buen término. Es por ello que dejaremos este supuesto para posteriores notas.

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En este artículo quiero centrarme en la realidad como un campo común para todos los seres vivos al que sólo podemos acercarnos a través de los sentidos.

Por ello quiero hablar aquí de los estados alterados de conciencia. Quiero hacerlo además desde un punto de vista personal, y huir así de la ortodoxia con la que se ha tratado este tema desde hace ya muchos años.

Estados de cognición

Es muy difícil ponerse de acuerdo en lo que es un estado “normal” o estándar de conciencia. Esa, es de hecho la razón que me impulsa a escribir sobre ello.

Podemos decir que para que alguien se encuentre en un estado óptimo de percepción sensorial y rendimiento cognitivo, debería estar despierto y no dormido, libre de toda sustancia ajena al propio organismo y con la atención plenamente dedicada al objeto de estudio. Pero aún así, pueden existir notables diferencias entre dos individuos ante una misma experiencia. Ligeras diferencias en sus estados orgánicos, físicos, emocionales, etc. pueden provocar experiencias muy alejadas entre sí. Por lo que ponerse de acuerdo acerca de lo que es la realidad, puede resultar una tarea tremendamente compleja.

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Quiero hablar de lo que se ha denominado estados alterados de conciencia, estados aumentados de conciencia o estados modificados de conciencia.

Para ponerlo fácil, diremos que los estados alterados de conciencia son todos aquellos estados mentales de una persona que no son el estado “normal” del que hemos hablado más arriba.

Muchos de vosotros os daréis cuenta de que existen multitud de esos estados y que, de hecho, sería muy complicado hacer una lista detallada de ellos, ya que la mente humana, a pesar de los avances de la ciencia, sigue siendo un misterio.

Para aquellos que no saben muy bien de qué estoy hablando voy a dejar a continuación una relación de algunos de los estados a los que podríamos denominar “alterados” o “modificados” de conciencia. Al menos los que para mí no tienen lugar a duda. Veamos si así podemos ponernos de acuerdo entre la mayoría de nosotros acerca de lo que no son estados normales o neutros.

  • El sueño: No me refiero a estar durmiendo, sino a estar soñando. Ese estado mental, en el que estando dormidos, nuestra actividad cerebral se dispara otorgándonos un nuevo universo a disposición. Es increíble cómo en ese estado, sabemos quienes somos, incluso podemos recordar nuestro pasado, y a pesar de ello tomamos como reales y ciertas las experiencias más extravagantes que somos capaces de imaginar.

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  • Bajo los efectos de las drogas: No voy a enumerar aquí todas las drogas que existen, pero sí haré hincapié en que cuando nos encontramos bajo los efectos de alguna o varias de ellas, nuestra percepción de la realidad se ve claramente alterada, en mayor o menor medida dependiendo del tipo de sustancia que estemos hablando. Pero todas ellas, ya sea el café, el alcohol, la heroína, o un ansiolítico, afectan a los receptores que tienen nuestros sentidos para captar la realidad y por supuesto a la facultad cognitiva que tenemos para procesarlos.

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  • Excitación sexual: Este es otro estado que todos conocemos bien. Cuando uno, sea por las circunstancias que sea está bajo la influencia de una excitación sexual potente, la percepción de su entorno, incluso la forma en la que aborda sus pensamientos, se ven afectados y difieren de las mismas cuando se encuentran en el estado al que hemos denominado “normal”. Muchas personas, bajo estos efectos hacen o dicen cosas que normalmente nunca haría o dirían.

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  • Emociones: Creo que nadie puede negar que una misma situación, vivida desde la tristeza o vivida desde la alegría pueden parecer dos situaciones completamente diferentes, cuando objetivamente, la situación es la misma. Los mismo ocurriría si estamos sintiendo miedo o ira, por ejemplo. Nuestras emociones hacen que entendamos una misma realidad de forma muy diferente.

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La cosa se complica

La lista anterior es una muestra muy reducida a modo de ejemplo, ya que la lista de estados capaces de hacernos percibir la realidad de forma diferente es casi infinita.

Estamos acostumbrados a que cuando hablamos de cambios de estado, o de diferencias en las cosas vayamos a buscar ejemplos significativos. Tenemos en cuenta sólo las grandes diferencias, las que saltan a la vista y sobre las que la mayoría podemos ponernos de acuerdo. Sin embargo, tanto la naturaleza como el ser humano, y por ende su mente, se caracterizan por estar formados de infinidad de sutiles diferencias y millones de pequeños detalles que son los que nos hacen únicos.

Extrapolando esta miríada de detalles al tema que nos atañe, nos damos cuenta de que lo complicado es encontrar el verdadero estado “normal” de conciencia. Lo habitual es encontrarnos permanentemente en un estado alterado de conciencia. Me explico:

Pongamos como ejemplo la música. Todos habréis experimentado alguna vez cómo una canción os ha cambiado el humor. De estar tristes a estar alegres, o de estar enfadados a calmados o de estar contentos a sentir mucha nostalgia. Todo esto sólo escuchando música. Es decir, encontrándonos en la misma situación, en la misma habitación, sin que nada cambie en nuestro entorno, con la misma luz, la misma gente, los mismos problemas y las mismas alegrías, sólo cambiando lo que escuchamos. La música es capaz de modificar cómo nos sentimos, es capaz de transportarnos a estados muy diferentes entre sí sin tener que hacer nada, solo escuchar.

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Otro hecho que nos hace estar permanentemente alejados de ese supuesto estado ideal de percepción es que somos seres sociales y pasamos mucho tiempo relacionándonos con los demás. Esta constante relación entre unos y otros nos expone ante el torrente de emociones que se produce en una simple conversación. Cada persona es diferente y cuando tratamos con ellas nosotros mismos nos sentimos diferentes también. Así, hablar con Fulanito no es lo mismo que hacerlo con Menganito. Quizás el primero nos despierte más nerviosismo y el segundo más tranquilidad, las posibilidades son enormes. Por lo que al estar en sociedad nos exponemos permanentemente a estar alejados de ese estado de neutralidad perceptiva.

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Esto se puede simplificar mucho más aún. Simplemente el hecho de que uno se esté orinando, esa sensación de llevar mucho tiempo aguantando y no poder satisfacer esa necesidad por las circunstancias en las que nos encontramos, nos hace estar muy incómodos. Nos hace centrar toda nuestra atención en poner fin a ese problema y el resto de la realidad pasa a un segundo plano. Esto le quita importancia a cosas que antes la tenían y aporta a la realidad un matiz diferente al que encontraremos una vez consigamos vaciar nuestra vejiga. Pequeños cambios en nuestras vidas, de los que estamos permanentemente rodeados, hacen de nuestra realidad algo diferente.

¿Dónde queda la realidad?

Todos creemos saber lo que es la realidad. Incluso con nuestros limitados sentidos y los numerosos estados de cognición posibles no nos tiembla la voz al decir: “Esto es real, esto otro no.”

Es más, mucha gente le da valor a ese antiguo dicho que dice:

Si no lo veo no lo creo

O lo que es lo mismo:

Sólo es real lo que puedo ver

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Sé que es un argumento un poco sacado de contexto, pero la mayoría de la gente no tiene en cuenta todos los factores que afectan a nuestra percepción, y sin embargo, alzan su voz proclamando lo que es real y lo que no.

Nuestra realidad es un mar agitado. Lleno de perturbaciones, siempre cambiantes. Subidas y bajadas que se extienden hasta el infinito. ¿Cómo vamos a conocer así lo que es la verdadera superficie de ese mar? Esa superficie inmóvil, lisa como el cristal, a la que nunca podremos acceder, porque nuestra propia naturaleza nos lo impide.

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De todos esos estados alterados de conciencia, muchos os preguntaréis cuál es el correcto. ¿Existe algún otro estado a parte de ese teórico e inalcanzable al que llamamos “normal” que nos esté dando una idea acertada sobre la realidad?

Bueno, yo soy de la opinión que todos esos estados son válidos. Todos ellos nos ponen en contacto con la realidad. Lo que ocurre es que la sociedad se ha empeñado en decirnos una y otra vez, por activa y por pasiva, que muchos de ellos son malos, que no deberíamos utilizarlos porque son perjudiciales para la salud, si estamos hablando de drogas. Así que los prohíben y los estigmatizan para que la gente se aleje de ellos. Sin embargo el tabaco, el alcohol y los enormes arsenales que se venden en las farmacias, son legales y están permitidos. Pero ese es otro debate el cual abordaré en futuros artículos, no quiero desviarme ahora del tema.

Y otros estados más particulares como meditaciones profundas, trances chamánicos o estados alterados como el que alcanzan los derviches en sus bailes cíclicos, son puestos en duda por aquellas personas a las que se les pregunta, pero cuyo conocimiento de ellos es pobre y carente de análisis alguno. Volvemos a aquello de ver para creer, si el que opina no ha vivido la experiencia en sus propias carnes, no duda en tacharla de incierta o no válida como estado real.

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Este artículo ha sido una aproximación al hecho de que nuestra cognición puede ser , y es, alterada continuamente por el propio carácter impermanente de la vida. En futuras notas abordaré cómo la realidad puede ser entendida desde todos estos ángulos. Y quizá sólo así, podremos entender realmente qué es todo esto y qué sentido tiene.

Gracias por leer mis cavilaciones, espero que las hayáis disfrutado. Como sabéis esto no son más que notas tomadas al aire sobre reflexiones que me hago sobre la vida.

Como siempre estáis invitados a debatir sobre todo esto en los comentarios.

Un saludo.

Un post original de @trenz

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