Seguramente todos y cada uno de vosotros tenéis una idea clara de lo que es la ciencia ficción. Al leer este concepto o escucharlo en alguna conversación seguro que viene a vuestras mentes una idea, una imagen o puede que incluso un libro o una película.
Este no va a ser un post en el que acabe enredado conmigo mismo en un debate dialéctico sin fin. No quiero que esto se convierta tampoco en una retahíla de definiciones ni tecnicismos.
Quiero hacer de este post mi particular intento de explicar, bajo mi punto de vista, lo que es la ciencia ficción a aquellas personas que cuando se paren realmente a pensarlo no lo tengan del todo claro. O puede que incluso creyéndolo tener claro estén equivocadas.
La ciencia ficción y el arte.
Personalmente pienso que la ciencia ficción es algo que se da únicamente en el arte, y que fuera de este, no tiene cabida. Incluiré en mi particular visión del arte la cualidad que tienen algunas personas de ensoñar despiertas. La capacidad de crear historias en la imaginación. Eso para mí también es un arte aunque luego no se exprese de forma plástica.
Por lo tanto la ciencia ficción sólo puede surgir como vástago de un pensamiento, de una idea, de una invención. La ciencia ficción por sí misma no existe, no se sostiene, no tiene razón de ser. Para que esta se dé, para que podamos hablar de ella, debe de existir una creación artística que la contenga, irremediablemente.
Es igual que hablemos de literatura, de cine, de cómics, de teatro,de pintura o de escultura, la ciencia ficción es la misma cosa y puede ser explicada desde infinidad de enfoques diferentes.
Vamos al grano.
¿Qué es, entonces, la ciencia ficción?
La ciencia ficción es un mundo, un universo, en el que todo lo que ocurre tiene una base científica, explícita o no, que da forma al mundo que se genera a partir de ella.
En el universo de la ciencia ficción todo cabe, no tiene límites, y de hecho es tan vasto que muchos otros universos pueden existir en su seno. Pero todo tiene que tener su porqué. Y ese porqué siempre estará explicado por la ciencia o la tecnología.
Esa ciencia o tecnología, y que da soporte a la realidad de esos mundos, puede estar o no explicada. Se habla de ciencia ficción dura cuando la historia se introduce en los entresijos de esa tecnología y se empeña en explicarnos por qué y cómo funciona ese teletransportador ZG-Gamma o cómo es posible que nuestro protagonista viaje en el tiempo con la cabina que tiene instalada en la sala de estar.
Sin embargo, a Arthur C. Clarke no le hizo falta explicarnos cómo construyeron los superseñores las naves que les llevaron hasta la Tierra en “El fin de la infancia”. Y sin embargo allí estaban. Aparecieron los extraterrestres sobre los cielos de la Tierra y nadie se preguntó cómo lo habían hecho, simplemente se daba por sentado que podían hacerlo. Eso era Ciencia Ficción. Por cierto si no la has leído, te recomiendo la novela.
Estar seguros de no perdernos.
¿Quiere esto decir que la ciencia ficción ha de hablar siempre de historias en el espacio o ambientadas en tiempos futuristas? No, en absoluto. Puedes encontrarte con una historia de ciencia ficción ambientada en la Tierra del año 23.000 A.C. Y leer con pasmo cómo los seres humanos de aquella época movían enormes rocas para construir sus dólmenes con un extraño artilugio que habían desenterrado.
Entonces, ¿El señor de los anillos es una novela de ciencia ficción?
No.
¿Por qué?
El señor de los anillos nos habla de un mundo antiguo, bien sea en la Tierra o en otro planeta, habitado por una gran diversidad de extrañas criaturas. Algunas de ellas, como Sauron, tienen enormes poderes que utilizan contra sus adversarios. Además existe un anillo que vuelve invisible a quien lo viste además de ofrecerle extrañas visiones. Nada de todo esto es producto de una avanzada tecnología ni funciona debido a descubrimientos científicos, simplemente es algo que ocurre porque en ese mundo las cosas son así, sin más. Podemos llamarlo magia o como queráis, pero nada tiene que ver con la ciencia. Es lo que se llama, una novela fantástica o ambientada en mundos de fantasía.
Pegaso.
¿Cómo podemos diferenciar entonces si un Pegaso es propio de una novela fantástica o de ciencia ficción?
Es bien sencillo. Sólo tenéis que preguntaros si ese Pegaso vuela debido a su naturaleza, propia de un mundo fantástico, o porque es producto de un experimento de laboratorio en el que cruzando palomas y caballos un día surgió un Pegaso volador. Esa es la diferencia.
Para mi es clara, y espero que a vosotros os haya servido de algo mi visión al respecto.
Consecuencias.
No podía terminar este artículo sin explicar por qué la ciencia ficción es algo tan apasionante para mí.
Mientras que en las novelas o películas ambientadas en el mundo real, la historia está delimitada más que por la propia realidad, por la pequeña fracción que de ella conoce el ser humano, en los mundos de ciencia ficción no hay límites. Porque incluso los propios límites pueden ser rebasados por algún ingenio o alguna nueva tecnología producida allí.
La ciencia ficción nos permite ir tan lejos como la imaginación sea capaz. Por eso para mí es tan atractiva. En mi experiencia escribiendo ciencia ficción he descubierto cómo los límites de nuestra imaginación están dados por el mundo real y por nosotros mismos. Cuanto más indaga uno en nuevas posibilidades, más lejos llega y más caminos se abren en el horizonte.
La ciencia ficción es el combustible de mi imaginación.
Sigo escribiendo y lo haré hasta que mi mente me lo permita, para llegar hasta todos esos mundos que aún están ocultos para mí. Pero estoy seguro de que la escritura me permitirá alcanzarlos algún día. Es como el pico que va abriendo hueco entre la roca. Por eso, nunca dejaré de picar.
Si escribes ciencia ficción en Steemit y en español, utiliza el Tag #ciencia-ficcion. Hagamos entre todos, de ese Tag, algo grande.
