HOMO HABILIS (Hombre constructor) Parte seis

Lo mejor y más barato con mucha diferencia fue “hormigón estampado”. Yo marqué los niveles y les había dejado las raquetas de instalaciones con los niveles que me interesaban. Estas también las fui colocando yo todas, con pico y pala. y contraté una empresa al uso de hormigones estampados. En una mañana echaron todas las aceras de la casa y la bajada al garaje imitando adoquinado francés, simulando escamas para mejor agarre de los neumáticos, aunque la pendiente es del 13%.

El suelo de las terrazas, dos en la cubierta, dos en la primera planta y dos en la planta baja, son de gres de la mejor calidad antideslizante con la lluvia —muy importante—. Aquí tuve suerte. Compré una partida con defecto por la tercera parte del precio. El defecto consistía en que venían los paquetes con losetas de dos colores mezclados aleatoriamente, y no a partes iguales, pero los compré sin dudarlo. Me armé de paciencia de desembalar los paquetes y separar los de un color más claro y otro más oscuro , pero no me importó porque suponía mucho dinero de ahorro.

Las vallas de la parcela:
Al norte y al este, lindando con los vecinos, una valla de bloques blancos.

Contraté un trailer lleno de palets que me los descargaron en la parcela. Tuve que dar muchas vueltas porque había mucha diferencia en los precios. El mejor lo encontré en Granada, un poco más de la mitad de precio que en Málaga. Y para construir la valla con bloques de cemento, dos albañiles y un peón.

Yo era el segundo peón, pues me coincidió en época de mis vacaciones

Y la valla que da a la calle la realizamos con ladrillos rústicos de Vélez;

El resto de ladrillos exteriores son también rústicos de Vélez (cocción clásica con hornos de leña como en la Edad Media.) que son también los más baratos. Y Las losas del suelo de las habitaciones igualmente.

En la siguiente foto se ven a la vez los ladrillos rústicos, la valla blanca y la entrada del garaje con el hormigón estampado. Esas piedras que se ven, ya la coloqué yo sólo los fines de semana haciendo de albañil y de peón a la vez, para lo cual compré una hormigonera pequeñita que conservo. Si alguien la necesita que no la compre, que se la presto temporalmente.

Contaré una anécdota:

Un día paró un coche en la obra y salieron dos señores muy elegantes con sendas carteras de impecable cuero negro.
Me mostraron catálogos con fotos de suelos y una mujer publicitaria muy elegante, que era la esposa de un ex ministro -me dijeron-. Los señores me dijeron también que eran las mismas losas que tenían ella y su marido en su casa con 13 cuartos de baño; y que yo no iba a ser menos. Total que querían venderme toda la solería de la casa por unos cuantos millones de pesetas.

La verdad es que eran unas losas muy bellas, pero claro, veinte veces más caras que las mías. Justamente veinte veces más. Sin duda las mías de barro rústico de Vélez Málaga mucho más bellas, para mi gusto. El único inconveniente es que tendría que hacer yo la pátina y aplicársela con duro trabajo durante unos cuantos días.

El secreto de los productos que lleva la pátina, cómo se cuece, y cómo se aplica lo revelaré cuando llegue el momento. Esta foto la saqué recién terminado el suelo del vestíbulo de la casa cuando todavía no había pintado la puerta de entrada.

Durante la colocación de las piezas estuve yo presenta guiando al albañil para que no se equivocara, porque una vez terminado, si hubiera habido mala interpretación del plano, ya no habría marcha atrás. Deshacer lo hecho es lo más enojoso y caro, porque triplica las horas de trabajo. Pero todo salió bien según el plano que había dibujado yo con medias exactas colocado “a cartabón”. Así se llama a esta disposición de las losas.

Y este fue el resultado final después de haber dado yo la pátina a los suelos.

Ese es el vestíbulo:

He de recordar que, para que todo vaya bien, no se puede perdonar en los cimientos ni un centímetro de error. Las medidas en el planteamiento desde el primer hormigón de limpieza tienen que ser exactas.

Ya que antes he mencionado la puerta de entrada a la casa, diré que la diseñé minuciosamente con varios dibujos y medidas precisas, y el carpintero (también hablaré del carpintero que hizo toda la madera de la casa) la realizó perfectamente.

Aquí se ve la puerta sin pintar todavía, pero adelantaré una foto después de haberla pintado.

El pintado de la puerta fue sencillo: una mano de nogalina, y tres manos de barniz mate por dentro , y barniz brillante por fuera con sendos lijados con papel de lija del grano más fino.

El presupuesto de pintores era excesivo para mis posibilidades, así que me armé de valor y decidí pintar toda la casa, por dentro y por fuera. Pero antes he de decir que el yeso y las escayolas fue una partida importante.

El mejor presupuesto el de Fernando. También terminamos siendo buenos amigos.

Quise aprender para hacer yo una parte y él con sus tres hijos el restos. pero no fui capaz. Fue el oficio que se me resistió. Se me endurecía el material antes de aplicarlo porque me faltaba mucho entrenamiento. Es un oficio difícil. Así que desistí para ir pintando la casa por fuera mientras terminaban el yeso por dentro, para poder pintar y mismo también los techos y paredes interiores y ahorrar toda la partida de pinturas.
No tuve más remedio que comprar cuatro andamios:

Cuando los descargué estuve un buen rato pensando si seguir o esperar a ahorrar para pagar a pintores.

Ya que había comprado los andamios me decidí a seguir adelante y los estrené. Estaban impolutos por contraposición a todos los que los obreros anteriores habían utilizado.

En el próximo post, relataré la aventura de la pintura exterior, puesto que tenía que montar cuatro andamios yo solo y sus plataformas; Es peligroso si se tiene prisa. Pero me di tiempo y cada paso era medido. No tuve ni un rasguño, aunque la verdad es que tardé bastante porque un paso en falso sí podría ser muy peligroso sobre todo en el andamio más alto.

Y cuando Fernando terminó de enlucir las paredes con yeso, lo dejamos secar unos días y ya pinté todo por dentro. También revelaré el proceso de pintado, con esfumino y otros inventos para darle una textura un poco especial. No un simple rodillo. Tenía en la cabeza algo especial para la pintura de las paredes internas:

Construir una casa es fácil pero hay que tener paciencia.

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