Capítulo 1
Veintisiete escalones de cristal translúcido respectivamente sujetos con cuatro anclajes de titanio a la estructura lateral transparente y coronada por dos tubos cilíndricos de aluminio, huecos, pulidos y muy fríos al tacto.
Muy fríos.
Y al final de la escalera. En la planta baja: Una amplia sala brillantemente iluminada en tonos blancos y abarrotada de gente que se reunía en grupos alrededor de mesas altas, de madera y sin sillas.
-¿En qué le puedo ayudar?
Normalmente, los empleados de las tiendas de apple no suelen dirigirse al cliente. Está en su contrato el sólo intervenir cuando son requeridos directamente con una pregunta específica. Al fin y al cabo son los “Genius” del Apple Store y así se lo repiten una y otra vez durante las dos semanas que dura su curso intensivo en Cork, Irlanda junto con otros muchos "trucos" psíquico-linguísticos como el de no hablar de “ordenador colgado” sino de “ordenador no responde”. No hablar de “problema”, si no de “situación”.
-¿Por qué a mi? ¿Es que me veía con cara de tener un problema? - pensé.
El espacio invitaba a utilizar uno de los cientos de dispositivos que lucían encendidos en la superficie sin barnizar de haya pulida.
-No, gracias - respondí.
-Y con un ademán, el joven empleado de camiseta azul y un colgante con una foto donde aparecía igualmente sonriente, me señaló una de las mesas que parecían más vacías:
-Allí tenemos la última remesa de "mac books", recién salida del horno de Cupertino.
-Más bien del microondas de Shenzhen - forzé una sonrisa intentando ser amigable.
Poca gente sabe, que la empresa californiana subcontrata el 95% de la producción a un gigante multinacional chino, con más de un millón y medio de empleados, que responde al nombre de FOXCONN.
-Diseñado en California, tostado en China - bromeé.
-Por cierto, me llamo Billy, estaré por aquí si necesitas mi ayuda - dijo el empleado sin dejar de sonreir.
En su identificador se podía leer: William Gómez:
-Te agradezco el ofrecimiento, pero solo voy a probar estos nuevos teclados - mentí mientras el empleado se alejaba.
Me incorporé de nuevo en la mesa y, teclee "terminal" en el campo de búsqueda. En un abrir y cerrar de ojos apareció una ventana negra que en nada se parecía a todas las demás.
Y comencé a teclear.
(Nota) Éste es el primer capítulo de una novela que comencé a escribir hace un tiempo, y que aún nadie había leido. Está sin pulir y mi intención es seguir escribiéndola si el primer capítulo genera el interés necesario. También mi intención es promover el contenido en castellano en esta plataforma.
Un saludo
Pablo García.