Mi nombre es Carlos Sánchez, nací el 5 de marzo de 1961, mi papá se llamaba Luis Enrique Sánchez, mi mamá es Elvia Paredes de Sánchez, tengo ocho hermanos, Judith, Nancy, Javier, Rafael, Luisa, Raiza, Luis Enrique y Anais.
La enfermedad me dio cuando tenía año y medio de nacido, ya caminaba y corría. Me dio una fiebre muy alta y me llevaron al Hospital Universitario, decían que lo que tenia era Angina (es un dolor en el pecho que ocurre si una parte del músculo cardíaco no recibe suficiente sangre rica en oxígeno) hasta el día que deje de caminar y se dieron cuenta que era Polio, yo iba caminado, caí al piso y no camine mas. Mi mamá se sentía culpable, creía que la enfermedad me había dado por culpa de ella.
En mi infancia, mis amigos me ayudaron mucho, ellos me veían como un niño normal, como cualquier otro. Yo caminaba con dos muletas, pero eso no me impidió jugar béisbol, yo bateaba y mi hermana corría por mí, también patinaba, yo me sentaba en la patineta y había un perro que le tenía rabia a un vecino amigo de nosotros y amarrábamos la patineta al perro, el muchacho corría adelante, el perro lo perseguía y a la vez me pasea a mí, jugaba fútbol, le daba al balón con las muletas, todo eso era muy divertido, cuando iba para la playa, al principio me daba pena ponerme chores y que me vieran las piernas y después perdí esa pena y ahora me pongo chores sin importar que me vean y no tengo ningún complejo con eso.
Cuando tenía como siente años había una misión religiosa en el barrio en donde yo vivo, las monjas (la hermana Margarita, la hermana Amparo, y la hermana Emma) me consiguieron una beca en el colegio San Pedro; el autobús me venía a buscar y me subían cargado todos los días, había un amigo llamado Francisco Javier Ordieres, actualmente el es profesor en la Universidad Central de Venezuela, que todos los días esperaba que el autobús llegara al colegio y me llevaba el bolso hasta el salón ya que yo no podía llevarlo y cuando terminaba la clase me llevaba el bolso del salón al autobús. Toda su familia fue muy importante en mi desarrollo y en mi vida cuando yo estaba joven.
Yo empecé a usar dos aparatos ortopédicos, uno en cada pierna, hasta la altura del pecho, después de un tiempo, con tratamientos y operaciones en el Hospital Ortopédico Infantil me ayudaron a caminar, primero con muletas y luego con un bastón y un solo aparato en mi pierna izquierda, empecé a caminar a los 14 años.
Estudie hasta tercer año, luego estudie cuarto año, pero el liceo en donde lo estudie no estaba inscrito en el ministerio de educación y prácticamente perdí ese tiempo. Quede decepcionado de eso y empecé a trabajar mecánica, he trabajado mecánica toda mi vida aun con mi condición. Actualmente tengo 55 años, tengo una esposa, mi casa, mi carro, dos hijas (una de 25 y otra de 17) tengo un nieto bellísimo, y sigo trabajando todavía.
“Quiero decirle a todas las personas que no porque tengan una discapacidad física tienen que echarse en una cama a llorar, tienen que salir adelante, la vida te da muchas oportunidades y hay que saber aprovecharlas”