En una conferencia de prensa realizada en Londres, el titular de la empresa Antonio Mugica, ha señalado que se han detectado una variación de datos de al menos una diferencia de un millón de votos, aclarando que aún no se ha realizado ninguna auditoría. Esta, va a ayudar a precisar a la empresa a señalar la participación real de los votos aunque pueda contradecir a la autoridad venezolana.
Pese a estas declaraciones, de una manera sistemática, el gobierno de Venezuela ha señalado desde las primeras horas después de que se realizaron las votaciones respecto a la constituyente, que estas han sido legítimas y bajo esa naturaleza se redactará la nueva Constitución. Además se prevé la disolución del parlamento que controla de alguna manera la oposición.
Lo cierto es que pese a las condiciones en las que se ha venido gestando lo que el periodismo coyunturalmente ha denominado la crisis en Venezuela, y ante la presión de algunos actores internacionales, las intenciones de Maduro han tenido éxito lamentablemente. Es verdad que la democracia se ha violentado en sus principios, sin embargo, es importante reflexionar por qué se fracasó.
Mucha gente en la comunidad internacional pensó que se podría echar abajo la votación de la Constituyente, sin embargo, fue todo lo contrario. De alguna manera la estrategia de Maduro y el apoyo de países como Siria, Rusia y otros como los pequeños países de la Organización de Estados Americanos (que dependen del petróleo de Venezuela), han sido más impactantes.
La pregunta es ¿Qué le faltó hacer a la comunidad internacional?
Fuente de la noticia: