Obra "Casa de Marta Pintuco"
La Casa de Marta Pintuco en los años cincuenta, representaba una de aquellas donde los mozos de la época podían dar rienda suelta a sus necesidades eróticas, donde pasaban ratos alegres y divertidos con las muchachas que los atendían para saciar sus instintos sexuales.
Ah! Y no solo los mozos, también altas personalidades del mundo político, cultural, músicos y los maridos de las pobres esposas engañadas. Cuando aquellos esposos infieles no llegaban temprano a casa, sus mujeres después de buscarlos en la morgue, hospitales, etc, daban por hecho que estarían en la casa de Marta Pintuco.
Esta extraordinaria mujer como la conocieron ciertos escritores, poetas entre otros, decían que Marta era verracamente culta, con una elegancia especial, espigada, trigueña, muy educada y atractiva.
El apodo de Pintuco se debió a la cantidad de cosméticos que se colocaba en su rostro. Tenía dos casas y la original en una calle de Medellin llamada Lovaina, era una Casa de citas elegante donde ella atendía a sus amigos. Su nombre completo era Marta Teresa Pinedo y la apodaban Marta Pintuco.
Interpretación de la Obra
Fernando Botero conoció a Marta y decide plasmar en su obra “Casa de Marta Pintuco” la esencia de un momento típico de aquella vida de las prostitutas en esa casa de citas, donde podemos intuir el antes y el después de la atención de un cliente.
En este caso en la obra se reflejan tres hombres, uno en la cama, otro dormido en el piso y otro conversando con una de las chicas con una copa de vino en la mano. Podría decirse que el más joven está dormido en el piso, mientras el que está en la cama ya consumó su necesidad y el que está parado está en espera de su turno para ser atendido.
Aquí el pintor ilustra a los distintos tipos de hombres que frecuentaban el lugar quienes eran: los mozos más jóvenes, los maridos infieles y los políticos.
Botero pinta a un lado del cuarto a un pequeño niño, con un palito en mano sobre una manta, y está retratando en ese momento la vida de estas mujeres que si bien es conocido, ya tenían hijos por quien luchar y ganarse la vida de esta manera.
En el cuadro se observa como la Sra. Marta (la dueña de esta casa de citas), se asoma a la habitación como chequeando que todo está bien, quizás curioseando, y llama la atención la pintura de labios bien remarcada en su rostro y sus mejillas bien coloradas, por eso intuyo que es Marta Pintuco.
También se observan muchos cigarros, y quizás el pintor quiso describir a través de los mismos la cantidad de vidas extraviadas que día a día pasaban sus horas en esa casa de citas. Hay una botella en el piso destapada y no está derramado ningún líquido, esto denota que fue consumida en su totalidad y entre ellos por el Señor que tiene el sombrero, vestido con un saco, camisa color rosa y una copa en la mano.
Hay un plato con comida encima de la cama, y uno en el piso, esto denota la atención que brindaban las muchachas a sus clientes, porque cuentan que ofrecían a estos si tenían hambre algo de comer como parte de la atención de la Sra. Pintuco.
Los detalles de la muchacha en ropa interior amarilla, donde se está acomodando el brassiere, me llama la atención porque pareciera que se le rompió y está tratando de colocárselo. También en el piso hay un tirante morado que se encuentra casi debajo de la manta donde está el niño, y es del vestido que está encima de la silla, pues se ve como le falta uno. Esto denota el afán del mismo momento para desvestirse o viceversa y se le cayó el tirante.
En esta obra que se ve compleja porque se pueden hacer muchas interpretaciones, sobre las acciones, momentos e inclusive la intervención de la dueña de la casa de citas como espiando asomada a la habitación, es asombroso como el pintor Fernando Botero resalta a través de la misma y es lo que me llama la atención, el niño en pañales como en espera de que su madre lo atienda y por supuesto de espalda a toda esa vida que lleva ella.
Es la inocencia de este niño el que llena el cuadro de un sentimiento de amor puro, que solo su Madre sabe que aún entregándose a tantos hombres, solo el amor por su hijo la llena de fortaleza, para seguir adelante.
Concurso patrocinado por el witness @cervantes.