Volantines surcando el cielo

Este fin de semana los niños del barrio aprovechaban sus días de vacaciones escolares y la temporada de vientos alisios que durará hasta septiembre, para divertirse elevando volantines, petacas, papagayos o cometas.

Mi sobrino se las ingenia para fabricarlos en cuestión de dos horas. Busca las varillas de caña brava o de palma de coco para formar el armazón. Usa una bolsa plástica para el cuerpo del volantín y para hacerlo más llamativo lo hizo con bolsa de diferente color que unió con pegamento líquido blanco. Empalmó los extremos de las varillas con hilo grueso y usó hilo más fino para hacer los "frenillos", los cuales dan estabilidad al cometa. Por supuesto, no puede faltar la cola para lograr el contrapeso y evitar que "revolotee" en el aire. Hasta allí la fabricación iba de maravilla, pero fue interrumpida por unos minutos mientras el sobrino huía velozmente de su mamá, ya que había roto una sábana de la cama para hacer la cola del volantín, jajaja... cosas de muchacho!

Tardó un poco más de lo normal, pero al fin pudimos ver su volantín surcando el cielo. Subido en la platabanda de la casa el Isaacito se veía más contento con su cometa.

A lo lejos pude ver otros dos volantines surcando el cielo que se confundían con aves. Entre los muchachos suelen hacer competencias sobre el tamaño y forma del volantín, ver cuál se eleva más alto o llega más lejos y hasta enviar mensajes que consiste en agregar un pequeño trozo de papel al hilo del cometa y el mismo va subiendo hasta alcanzar el volantín.

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