Cuando era niña tomaba clases de piano y recuerdo particularmente una de las canciones que aprendí cuya letra decía:

"Constructores edifican con patrones mil, en la música hay patrones con el mismo fin"

Ya desde aquel entonces, no se me daba bien quedarme con la respuesta fácil y con 8 años me puse a pensar en lo que aquello significaba.

¿Qué eran patrones?: guías, estructuras, modalidades, repeticiones.

Comencé a buscarlos en todos lados, patrones, en la música: en cada sistema de una partitura, construíamos las melodías sobre tonalidades, pero luego los descubrí aún más cerca, más tangibles y observé como la naturaleza, aún en medio de toda su colorida variedad se repite en formas y diseños, me pregunté:

¿Será que quien construye el universo lo hace sobre un patrón? ¿será que la naturaleza es tan perfecta que no deja surgir todo del caos?

Quizá no fueron esas las palabras en las mente de una niña de 8 años, pero sí la idea que me inundó y sigue dándome vueltas en la cabeza, pues aún ahora sigo encontrándolos, entonces, esta mañana, caminando por los alrededores, descubrí un tronco cortado y no pude evitar asociarlo a la tela de una araña, me recordé de niña poniendo en aprender una sencilla canción el mismo esfuerzo que pongo ahora en convertirme en una buena mujer, pensé en patrones y sonreí.