Esta obra pintoresca es muy característica de Fernando Botero, por la forma tan particular del colombiano de engrandecer desmesuradamente a los protagonistas de sus lienzos. En esta ocasión, conforme a lo que conocemos de esta peculiar historia, escribo este poema.
La casa de Marta Pintuco Conocida por doquier
Por Raquel y todo aquel
Hombres con y sin mujer.
Encargada de alegrar a los caballeros en su hogar
Según la idea que nos da la historia
Todas sus mujeres se vestían de gloria.
Saludar directo era lo debido
a los predilectos, esposos o maridos
Los más adinerados e importantes hombres
Conocían a doña marta y a su hogar tan noble.
Ella y sus pupilas eran como flores que producen los jardines
Como rosas, lirios o jazmines
Como las mieles que forma la avecilla
se veían los ojos de aquellas muchachitas
Diosas de todos los placeres
era doña marta y todas sus mujeres.
Famosa y bendita doña Marta era por aquellos años
que hasta don Fernando Botero
de su casa pintó un cuadro.
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