El afán de cada ser humano porque las cosas llegue exactamente cuando las queremos, no desaparece jamás.
Y es que cada día que pasa la velocidad con la que viaja la tecnología nos arropa haciendo que nuestra propia vida quede sin sabor ante aquellas cosas que solamente pueden disfrutarse si se hacen con paciencia., lentamente, ni antes ni después.
En ocasiones, imagino la vida como un helado; ¿Quién se come un helado de un solo bocado? ¿No es cierto que lo comemos despacio esperando que nunca se acabe? Pues bien, hace algunos años (aunque debo admitir que en ocasiones me dejo arrastrar) decidí que todo debe llegar cuando le toque hacerlo.
Ni antes, para que no me haga daño, ni después, para que no tenga sabor, sino en el momento oportuno, tal como hace nuestro creador, quien nos socorrer exactamente cuando debe hacerlo y no cuando, a través de largas y repetitivas oraciones, me digamos su auxilio.
Me costó bastante entender, o mejor dicho, aplicar a mi vida un principio que aprendí de Emerson:
"Cuando el hombre entiende que es UNO con Dios, deja de mendigar en sus plegarias"
¡Qué verdad tan sorprendente!
Es cuando entendemos esto que cambia toda nuestra perspectiva acerca de la vida, la gracia, el amor y la unicidad de Dios y su perfecta voluntad, aunque lo más seguro es que jamás la entendamos perfectamente.
Lo vasto del océano, jamás cabrá en nuestras manos.
Estuve de cumpleaños el 28 de noviembre, pero además de pasarla trabajando estuve lejos de la familia; Esto para mi no es un problema, pues he aprendido a disfrutar de mi propia compañía.
Tal vez le de algo de crédito al tema musical de Arjona cuando escribió : "Acompáñame a estar solo", y en muchas ocasiones he decidió estar conmigo mismo con el objeto de analizar aquello que hago.
Esto no consiste es saber si esta bien o está mal, sino en determinar si es útil o si es inútil, para dejarlo de lado o reforzar esta conducta.
Lo cierto, y sin esperarlo, mi hermana menor, quien cumple el mismo día que yo, había mandado a hacer una torta e hizo comida para compartir, invitando a otros familiares a celebrar la vida y brindar por los nuevos proyectos, principalmente aquellos que benefician a la familia.
Nunca es tarde para ser felices, independientemente de las circunstancias que estemos enfrentando. Si llega el momento de ser felices, seamos felices, porque el momento de vivir la tristeza o el afán, siempre estarán a la orden del día.
Cuando la dicha llega a nuestras vidas, solemos renovarnos y a multiplicar nuestras fuerzas para volverlo a intentar. "Es mejor fracasar por haberlo intentado que ser un fracasado, por miedo al éxito", porque lo peor que puede pasar es que al final, obtengamos el premio qué anhelamos.
Celebremos la dicha de estar vivos, porque entonces tenemos oportunidad de volverlo a intentar, de mejorar nuestra estrategia y hacer los cambios necesarios para tener la satisfacción de que podemos tener éxito en todo lo que nos proponemos.
Ser felices es una elección, y no hay que dejarlo en manos del azar, del destino, o de la casualidad.
Hoy, podemos elegir sonreír, para que el Universo, a través de otros seres humanos, nos devuelva esa sonrisa.
Cuando la dicha llega, celebremos por todo lo alto y brillemos tan intensamente, qué motivemos a otros a que brillen con su propia luz, pues este también es nuestro propósito en la vida.
Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.
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