The Diary Game. Domingo 31/12/23. Aquello que hice durante el día

image.png

Gracias a Dios por los editores de fotografías.

image.png

— ¿Qué estáis haciendo?

— ¡Nada! Estoy descansando de tanto descansar. Aburrido y casi al estilo del siervo Job: Con un palo rascándome la espalda y viendo a ver qué hago. Y vos... ¿Qué estáis haciendo?

— ¡Vaina! Deberías ayudarme. Voy a trabajar y no tengo a nadie que me ayude.

— ¿Vais a trabajar el domingo y encima 31 de diciembre?

— Sí, y no solo yo, sino que vos también para que ayudéis.

— ¿A qué hora debo estar listo para que paséis por mí?

— A las 8 en punto.

Esta fue la conversación que sostuve con mi hijo el día anterior, invitándome sutilmente a que lo ayudara a avanzar en un trabajo que tomó por contrato, y obviamente, no lo dejaría solo por nada del mundo.

A las 8 de la mañana, ya estaba listo esperando en la calle porque había estado en casa de mi hermana durante la semana. Hice un trabajo que terminé el jueves al mediodía, y no había hecho nada más, así que llegando al lugar me dio una brocha para aplicar una pintura que es resistente al fuego en caso de incendio. En todo caso, debería medir con un aparato el espesor de la pintura existente y echar donde indicara menos de 1300 μm (1300 micromol) pues la ley chilena lo exige.

image.png
Mi sobrina Emma y yo

image.png

Estuvimos trabajando hasta las 2 pm. Obviamente, no tomé muchas fotos porque quería adelantar todo lo que pudiera, así que solo tomé estas dos fotos en el lugar y me puse a medir y a aplicar la pintura donde era necesario, solamente en las vigas de acero.

Al terminar, me llevó a casa de mi sobrina; Allí pasaría el resto del día y recibiría el nuevo año reunido con mi madre, mi hija, mi sobrina, su esposo y sus 3 hijas.

Después de almorzar, una de ellas me dijo:

— Tío... ¿Cuándo me llevarás a la plaza?

Como estaba de buen ánimo y no estaba cansado, le dije que se alistara y fuésemos de una vez, y en menos de lo que canta un gallo, y no fue precisamente el gallo que supuestamente cantó cuando Pedro negó a Jesús, estaba lista, me tomó de la mano y me dijo:

— Vamos pues.

En la plaza de la ciudad, hay un área que es para juegos; Allí me encontré con algunos amigos que estaban vendiendo fresas con chocolate y le compré uno por 1.000 pesos chilenos (1,13 USD), y nos sentamos en una de las bancas para que no se le fueran a caer.

image.png

Luego de haber comido, comenzó a mirar a ver por dónde comenzaría a jugar. Quería darle su espacio, así que, desde la banca donde estábamos sentados, la observé mientras estuvo en esa área de juego. Fue de un lugar a otro observando qué juego montarse, y al ver que todos los aparatos eran para niños más grandes, se devolvió y me pidió que la ayudara.
Allí entendí que no solo estaba allí para mirar, sino que también tendría que ayudarla jugando con ella.

image.png

Aunque quiso hacer las cosas por sí sola, no era lo que realmente tenía en mente, así que después de dar algunas vueltas empujándose con el pie como si el juego fuese una patineta, se sentó y me dijo, ahora dame vueltas.

Ella quería que me sentara a jugar con ella, pero para las vueltas no soy el mejor compañero, de hecho, solo de mirarla ya me estaba mareando. Le expliqué el asunto y me dijo, entonces dame vueltas, pero que sea fuerte.

Comencé dándole suave, y cuando sentía la cosquillita del mareo, miraba hacia otro lado; De repente me dijo que le diera más duro porque las vueltas no eran como ella quería, así que, con cuidado y diciéndole que se sujetara bien, comencé a darle más fuerte.

image.png

image.png

De allí nos fuimos al columpio. Ni siquiera alcanzaba a montarse en la silla, así que la ayudé y la empujé suavemente; Es muy pequeña y una niña, no tomando en cuenta que las niñas pueden ser tan resistentes como los niños.

— ¡Quiero que me empujes fuerte!, dijo de inmediato al ver que no conseguía la velocidad que deseaba, así que, para cumplir su demanda, le imprimí un poco más de fuerza al asunto.

La alegría se le veía en la cara, y el hecho de sentir que volaba, la hacía más feliz, diciendo constantemente: ¡Más fuerte! ¡Más fuerte!

Procuraba complacerla en eso, sin embargo, algunas personas ya me estaban mirando mucho, unos padres que seguramente pensaban que podía lastimar a la niña, y aquí en Chile, es algo de cuidado este asunto

image.png

image.png

image.png

image.png

Luego de esto fue aquí, allá, más allá, más acá, de un lado a otro repitiendo los juegos; Hizo una nueva amiguita boliviana (para estas fechas, y a causa de la temporada de recolección de frutas, vienen a Chile muchos bolivianos a trabajar) y juntas estuvieron de un lugar a otro, de manera que, ya no era una niña a la que tenía que cuidar sino a dos.

Los padres de la niña boliviana estaban cerca, y aunque miraban a cada rato, se veían confiados de que estuviera cerca (en Chile sobran los pedófilos) de su hija y que jugara con mi sobrina.

Algo que esta experiencia que aprendí es que, la niña boliviana, después de unos minutos y entrar en confianza, salió corriendo a donde estaba su familia, tomó de una bolsa 3 marshmallows y me dio uno a mí y otro a Emma, mi sobrina. Compartir y estar bien con los que juega, es una prioridad para un niño que tiene una educación dentro del hogar buena. Creo que esta conducta es porque la gran mayoría vienen de la Sierra, y son personas muy caritativas con lo poco o mucho que pueden tener

image.png

image.png

image.png

image.png

También descubrí que mi sobrina no tiene botón de apagado y no se le terminan las energías tan fácilmente, pero al ser 31 de diciembre, tenía que estar en casa para que la vistieran para la cena de la noche, y ver en qué podía ayudar antes acicalarme y vestirme para recibir el año nuevo.

Ya en la casa, la niña quiso ver TV, pero en pocos minutos, estaba rendida en el mueble. Por mi parte, me pidieron que hiciera Ponche Crema, y al ver que los ingredientes estaban completos, me dispuse a hacer algo de esto.

Como este post no es un paso a paso, les diré brevemente qué hice al respecto.

Coloqué un litro de leche líquida al fuego y le agregué dos sobres de flan sabor a vainilla, lo mezclé sin parar hasta que hirviera; luego de esto, lo dejé reposar hasta que enfrió. Tomé toda la mezcla y la vertí en una licuadora, donde también agregué una lata de leche condensada y 3/4 de la misma lata de ron.

Licué por unos minutos y lo vertí en unos frascos de vidrio para que se enfriaran, no sin antes, darle a la catadora de la familia para que me diera su aprobación. Mi mamá al probar me dijo: ¿Y no hay más?, lo que indica que tengo su beneplácito para enfriarlo y compartirlo en la noche, antes y después de la cena de fin de año.

image.png

image.png

image.png

image.png


image.png

Lo que pasó en la noche, es otro beta, pero al menos, he compartido parte de lo que hice el último día del año 2023, y déjenme decirles, que disfruté de cada momento vivido, sin duda, lo seguiré haciendo durante todos los días que me sea permitido vivir en esta tierra.

Que la bendición del Todopoderoso nos alcance a todos y nos de las fuerzas para disfrutarlas compartirlas con los menos afortunados.

Gracias por leer y dejar un comentario.


image.png

Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.

image.png

Banner.png

¿Quieres saber más de mí? Puedes leer Mi Presentación, Logro 1

Todas las imágenes son mías, a menos que indique lo contrario, tomadas para realizar esta publicación y pueden haber sido editadas con Canva

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
8 Comments