El día anterior, compartí mi día de trabajo y también el viaje a otra ciudad a dejar la camioneta y tomar el bus a Chillán, la ciudad donde esta el terminal y vive casi toda mi familia.
Llegue a la 1:30 am al terminal y mi hijo con su prometida me fueron a buscar. Me quedaría en casa de ellos hasta que amaneciera para ir a buscar a mi otra hija qué había llegado a Chile el 14 de noviembre y que por asuntos de trabajo, no había visto.
Desayuné y salí a casa de mi otro hijo a buscar a Raquel para que pasáramos el día juntos y mostrarle parte de la ciudad, después de dormir un poco, pues el viaje estuve bastante estropeado porque el bus llegó a muchos terminales durante su recorrido.
Descansé unas 2 horas y media y me activé.
Salimos a caminar. Todos los lugares quedan cerca y hacía buen clima, así que caminar no era problema.
En las plazas de la ciudad se estaba llevando a cabo algunos eventos. No sé de qué se trataba, pero habían tarimas presentando grupos que bailaban creo que algo de anime, porque estaban como disfrazados. Al principio pensé que era algo de cosplay, pero no lo era.
Teníamos que caminar rápido porque quería mostrale tanto como pudiera y estar a buena hora en el centro comercial de la ciudad para encontrarme con mi nieto, un niño de 3 años nacido en Chile.
En poco tiempo hicimos muchas cosas. Llegamos a un negocio de comida rápida venezolana. Mi hija se comió 3 pastelitos y una maltín polar y yo un plato navideño qué consistía en dos pedazo de pernil, una hallaca, pan de jamón y ensalada de gallina. En total gasté unos 19 dólares.
Luego seguimos caminando con dirección al Arauco Mall.
Las calles como siempre limpias; se ven más sucias en otoño cuando las hojas caen de los árboles, sin embargo, hay un grupo de personas, pagadas por la municipalidad, que las recogen desde muy temprano en la mañana.
Llegamos al centro comercial porque quería compartir con mi nieto. Esperamos unos minutos, y llegaron mi nieto, acompañado de su mamá y de su hermanita Emma.
Lo primero que hicimos fue ir a un nuevo café a comer helado. No soy de los que come helado frecuentemente sin embargo, esta vez quise probar un café frío con vainilla que me recomendó la vendedora.
Debo decir que no es nada del otro mundo, pero se deja comer, así que pedimos para todos lo que quisieron comer.
En este compartir, gasté unos 20 dólares más.
Luego los llevé al área de juegos donde pasamos buenos momentos, pero que contaré en otra públicación para no hacer esta más larga. Jugaron en casi todos los juegos, y fue tan emocionante que, su mamá, también dejo salir su lago infantil y se puso a jugar también.
Fue muy grato este momento y espero que cuando vuelva a regresar de mi trabajo, los volveré a invitar a pasar un día diferente.
Solo costó 25 dólares la tarjeta y me regalaron 15 dólares más.
Dejo esto hasta aquí y nos leemos en una próxima entrega. A todos, muchas gracias por leer.
Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.
¿Quieres saber más de mí? Puedes leer Mi Presentación, Logro 1