Un cuento de Año Nuevo.

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Añoville, un pequeño pueblo ubicado en el centro de un gran bosque, la llegada del Nuevo Año era celebrada con gran entusiasmo.

Todos, reunidos en la plaza donde todo el pueblo se reunía, era adornada por los ciudadanos al finalizar el mes de noviembre; Eran momentos de gozo y de compartir para todos.

Este año, la gente estaba muy emocionada porque se decía que habría nuevas oportunidades para todos; Todos tenían esperanzas porque vislumbraban cambios significativos, dándole a la comunidad energía positiva y grandes sueños para el futuro.

En el medio de la plaza, había una torre con un gran reloj; Era como un reloj mágico, pues, era visto por todos los ciudadanos sin importar el lugar donde estuviesen ubicados. Todos estaban atentos a él, pues marcaba los minutos para la media noche; Marcaba el momento exacto donde el año en curso, daba paso al nuevo año. Todo era una algarabía, pues los niños, andaban de un lugar a otro corriendo para buscar un buen lugar donde reunirse con sus padres y amiguitos. Los adultos, por su parte, compartían anécdotas de como les había ido ese año y lo que esperaban para el nuevo.

Entre la multitud, como en todo pueblo pequeño, había una anciana llamada Esperanza; Ella era conocida por sus historias que inspiraban a muchos, pues sus palabras llenas de sabiduría, disfrazadas en hermosos cuento de hadas, hacían que hasta los niños se acercaran y escucharan atentamente el relato.

En esta ocasión, la abuela Esperanza, decidió contar una historia especial acerca de las infinitas posibilidades que un Nuevo Año trae consigo. Todos esperaban el cuento de fin de año, así que, después de aclarar su garganta, la gente comenzó a agolparse haciendo un semicírculo frente a ella.

En un lugar mu pequeño del bosque, vivía un búho llamado Oneray. Como siempre, Oneray le temía a lo desconocido por una preocupación excesiva sobre el futuro; Un día, un sabio y viejo zorro llamado Luna, le explicó a Oneray que cada año nuevo era como un libro lleno de hojas en blanco, sobre el cual, cada ser viviente debería escribir sobre él.

— Deja de preocuparte por aquello que podría suceder, pero no lo sabes, y abraza las nuevas y abundantes oportunidades que cada nuevo día te ofrece... le dijo Luna a Oneray.

Qué extraña sensación de poder embargaba a cada persona mientras escuchaban el cuento; Tanto a grandes como a chicos, les brillaban los ojos pensando en cuántas cosas, sueños y metas podían alcanzar si tan solo se repitieran cada día que el Universo nos cada su amor y su bondad cada mañana.

A medida que la medianoche se acercaba, la emoción que les brotaba crecía. Desde el minuto 55, la gente veía el reloj con más entusiasmo. Alguien grito con euforia:

— ¡Es tiempo de contar!

5... 4... 3... 2... 1... ¡Feliz año Nuevooooo!


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El cielo, completamente estrellado, se iluminó de muchos colores gracias a los fuegos artificiales, mientras que la gente se abrazaba y se decían palabras eufóricamente.

— Mi deseo para ti es que en este nuevo año, puedas alcanzar tus metas y objetivos, que te traiga nuevas ideas y nuevos planes para que seas feliz, pues tu felicidad, también es la mía, y tus logros, serán las huellas a seguir por la generación que sigue nuestros pasos. Que la luz, el entendimiento y fe, permanezca en cada uno de nosotros y sigamos siendo UNO tal como nuestro creador nos ha enseñado.

Yo no había escuchado tal declaración de bendición de una persona sobre otra. Cuando escuché esto me pregunté:

— ¿Cómo puede decir tantas cosas si no conocen el futuro?

Luna, sentado prácticamente a mi lado, me dijo con una voz cálida:

— Ellos saben que se les acaba de entregar un libro lleno de hojas blancas. En él, escribirán lo que quieren, sus triunfos y fracasos, y en estos últimos, buscarán reinventarse para volverlo a intentar; Muchos dejarán algunas páginas escritas de la misma manera, enfocados en lo que no les dio resultados; sin embargo, otros, aquellos en cuyo corazón no cabe la duda, la incertidumbre ni el pesar, mejorarán sus estrategias hasta lograr alcanzar lo que quieren y les hace feliz.

La abuela Esperanza, en ese momento, miró a todos, principalmente a los niños, y mientras sonreís dijo:

"Que este nuevo año, mis amados conciudadanos, sea para ustedes, como un libro con sus hojas en blanco. Ahora es el momento de llenar sus páginas con amor, serenidad, amistad, alegría y valentía, para construir la vida que tanto han soñado. Y nuca olviden que, cada día, es una nueva oportunidad para escribir una nueva historia, esa historia que tanto anhelan vivir".


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Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.

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Todas las imágenes son mías, a menos que indique lo contrario, tomadas para realizar esta publicación y pueden haber sido editadas con Canva

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