Rara vez salgo de noche, este donde esté pues me gusta descansar leyendo buenos artículos, practicando y aprendíendo un segundo idioma, y que gracias a las redes sociales, ahora es mucho más fácil de hacer.
El juego diario es bastante entretenido, sin embargo, no siempre tengo la oportunidad de tomar fotos para la publicación diaria Cúa do tengo demasiado trabajo por hacer y estoy apurado por terminar en el tiempo indicado, no obstante, también me gusta contar cosas en especifico mientras mis pensamientos vuelan para una mejor redacción, uso de nuevas palabras (no hablo de aquellas rebuscadas) con el objeto de mejorar mi léxico y estar mejor preparado lingüísticamente hablando.
Establecimiento frente a la plaza. 12/12/23
Como siempre, cenamos alrededor de las 6:15 pm , pues salimos a las 6 de trabajar y el lugar no queda lejos de la residencia donde vivo.
Un gran muslo de pavo horneado con puré de papas fue el servicio esta vez.
La cosa es que trabajamos tanto hoy que después de cenar, el equipo con el que trabajo y yo, quedamos con hambre.
A pesar de que me gusta cenar temprano para wmque cuando me vaya a acostar al menos haya transcurrido 3 horas, la insistencia de ellos para salir a buscar algo de comer pudo más que mi determinación de mantenerme tal cual.
Plaza de Armas. 12/12/23
Fuimos a la plaza primero, sin embargo, en esta ciudad parece que todos a las 7:30 pm se van a dormir. Solo estaba abierto algunos restaurantes cuya fachada, nos indicaba qué el presupuesto sería algo costoso.
Decidimos recorrer la ciudad buscando implacablemente (me acabo de acordar de la saga "Búsqueda Implacable" pero que en realidad se llama Taken) un puesto de comida más acorde a nuestro presupuesto.
Las calles estaban algo vacías así Queen menos de 20 minutos, habíamos la recorrido casi toda.
Cuando ya habíamos perdido la esperanza, vimos un local pequeño casi saliendo de la ciudad. El Sureño, un espacio pequeño, era nuestra última salida para aplacar el hambre, pero... ¿Nos daría una sorpresa?
Había una promoción en la entrada que ofrecía una hamburguesa, un refresco pequeño y una canastita de papas fritas.
¿Quién no ha sido engañado por ese tipo de públicidad donde las cosas se ven gigantes y son bien chiquitas?
Ese era nuestro temor, y después que estábamos dentro, hasta pensamos en salir del local, pero como chivo que se devuelve, se desnuca, asumimos el reto y nos quedamos a confirmar.
La cuenta para 3 hizo 24 dólares (21.000 pesos chilenos) y nos sentamos a esperar. Pasaron unos 15 minutos para que aparecieran los platos con lo pedido, y para nuestro alivio, no era nada pequeño, excepto el refresco.
La cara de uno de ellos no era normal y creo que era el que más hambre tenía de todos, ya que fue el promotor se la salida.
Era tanta la que tenia, que no se fijó que en el envase de salsa roja sobre la mesa, no era ketchup sino ají picante. No se pudo comer sus papas fritas, pues el picante hacia mención a su nombre.
Después de comer, esperamos unos minutos debtri del establecimiento para regresar. Creo que hoy será nuestro último día en este lugar porque nos falta solo una instalación eléctrica y deberíamos hacerla en dos patadas.
No siempre las cosas planificadas salen como uno quiere, no obstante, aquellas que no planificamos, suelen ser las mejores.
Debo con ustedes algunas fotos del lugar.
Contenido original y totalmente escrito para #steemit por un venezolano en Chile.
¿Quieres saber más de mí? Puedes leer Mi Presentación, Logro 1