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En muchísimas ocasiones oímos decir "no hay mal que por bien no venga" y dentro de nuestras congregaciones "todo nos ayuda para bien" cuando nos encontramos en situaciones algo apretadas. Pero... ¿Será esto cierto? ¿Apoya la Escritura tal cosa?
Veamos que dice la Palabra de Dios:
Carta a los Romanos 8.28: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".
Pero vemos en nuestro diario vivir que no siempre es así, que existen muchísimas cosas que no nos ayudan en nada.
Por ejemplo: Quedar parapléjico, amputarse algún miembro del cuerpo por algún accidente, padecer de alguna enfermedad autoinmune como cancer, lupus, etc. Estas cosas no nos ayudan sino que nos destruyen por completo!
Ahora leamos el contexto de este pasaje tan importante y para esto empezaremos desde el versículo 26 del mismo capítulo. 26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; el escritor indica que hay una "debilidad" en cierta área pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, y nos dice que la debilidad consiste en no saber "pedir convenientemente" pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
27 Mas el que escudriña los corazones (hablando del Padre) sabe cuál es la intención del Espíritu, cuando con esos "gemidos indecibles o inexpresables con palabras" intercede porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. De manera que la debilidad de la que habla allí es el no saber pedir conforme a la voluntad de Dios y en eso, son asistidos los santos. 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, TODAS LAS COSAS y aquí es donde viene la interpretación.
Vemos que en los santos existe una "debilidad" y que consiste en "no saber pedir como conviene" y que el Espíritu lo hace por nosotros de la forma correcta v.26 porque lo hace "conforme a la voluntad de Dios" v.27 De manera que TODAS LAS COSAS por las que el Espíritu "intercede" les ayudan a bien, porque lo hace conforme a la voluntad de Dios, esto es, conforme al propósito de los santos a quien Dios llamó, a los que conforme a su propósito son llamados.
De manera que, NO es correcto pensar que las cosas por las que muchas veces podemos pasar (circunstancias) necesariamente ayude a algún bien.
De hecho, este mismo pasaje lo podemos usar para declarar lo contrario ante la adversidad diciendo:
La Palabra de Dios dice que para mí, todas las cosas me ayudan a bien, de manera que esta circunstancia negativa en mi vida, ¡NO ME PERTENECE! y Dios no miente, por lo tanto, me declaro en victoria, me declaro en plenitud, me declaro más que vencedor, así que, busca a otro a quien molestar (sea lo que sea y tenga el nombre que tenga)
Puedes decir con certeza: Yo sólo recibo aquello que proviene del Padre de las Luces, sólo dádivas y dones perfectos, y en Él (el Padre) no hay cambios para darme otra cosa que no sea el bien, la paz, la excelencia y la eternidad.
Abba Padre.
Versión reina Valera 1960
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