#Reto12Votos Semana 3- La esperanza

* ESPERANZA *

Esperanza es un nombre de mujer, en ella centro mi historia. Con ustedes, amigos del Reto12Votos, mi relato sobre ella.

- ¡Esperanzaaaaa!

El llamado se repitió por segunda vez, antes que la graciosa figura de una joven apareciese ante la abuela Esperanza.

- ¡Esperanzaaaaa!

- ¡Vooooooy! - Ya estaba frente a Velita. Nombre que en su lengua mocha, le había asignado en la infancia. Y al que la anciana se había acostumbrado y sentía más importante que el de abuela, que ya no utilizaba para ella ninguno de los nietos. Los dos menores se habían contagiado de Esperanza y Velita resonaba en el caserón familiar mucho más repetidamente durante los fines de semana y las vacaciones.

Como era su costumbre, Esperanza abrazó a Velita y la llenó de besos, mientras se movía rítmicamente. Tal vez el mismo ritmo con que Velita la arrullaba cuando era una plácida bebé, que más que llantos producía gorgeos y sonrisas.

- Dime, Velita amada - separándose un poco del rostro de la anciana y acariciando sus cabellos, mientras sus ojos reilones habían adquirido una mirada profunda.

- ¿Es cierto que te vas Esperanza? - Sin vacilaciones, en forma directa, mientras todo su ser estaba expectante ante la esperada respuesta.

La mirada profunda, quedó ahogada por la humedad de las lágrimas, la acercó a ella y su: - Sí. Velita preciosa- fueron mas bien un susurro.

- ¡Por qué no me lo habías dicho?- Parecía contener el llanto en espera de la respuesta.

- Por esto, Velita. No quería verte llorar.

Las lágrimas ya fluían de ambos lados del abrazo. Esperanza fue la primera en reponerse. Siguió acariciando a Velita y diciéndole palabras consoladoras.

- Recuerda hijita, eres mi Esperanza.- Ya se había tranquilizado. Sus manos tenían, ahora, entre las suyas las de la muchacha. -Tu felicidad es la mía. Ya eres mayor y te he visto tomar decisiones que he respetado. Pero...¡esto!, no lo esperaba.

Una larga pausa, cada una concentrada en lo suyo y esperando la reacción de la otra.

- Cuando tu mamá falleció y tu papá te colocó en mis brazos, aun moradita, sentí que la esperanza renació en mi vida. Tu mamá fue mi primera y única hija hembra, mi adorada Alicia. Mauricio llegó después. -Repetía la hisstoria tantas veces contada

Tu mamá quiso que te bautizaramos como Esperanza, pues tu vida estaba en peligro. Gracias a Dios aquí estás, llena de vida y llenando de felicidad esta casa.- Un par de sollozos interrumpió sus palabras- Están tus primitos, pero no es igual.

- Lo sé. Pero, por Dios, Velita, ni que me fuera a morir. Pronto vendré a verte y compartir contigo. Y tú también podrás visitarme.

- Pero hija, ¿qué hay en París que no encuentres aquí?

- Jajajjaja. Velita, a Rubén. Mi amor y mi esperanza de seguir siendo feliz. Ya lo sabías...

Velita, sabía... pero ¡que difícil era! Asintió con la cabeza. Ambas se abrazaron de nuevo. Dos Esperanzas abrazadas en el amor y en la esperanza.

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