La zaranda - Baila y canta antes de morir.

       Es uno de esos juegos que muchos aprendieron de sus abuelos pero han dejado de enseñárselos a sus nietos.

       Consta de un pequeño totumo atravesado por un palo de punta larga y fina, que con ayuda de un guaral o cabuya, se hace girar cual trompo, con la particularidad de que canta mientras lo hace.

       Como la perinola o boliche, las metras o canicas y el gurrufío, la zaranda es un juego tradicional de los llanos de Venezuela y Colombia. Mayormente visto en época de Semana Santa y durante los Velorios de Santos, este último es una celebración religiosa de la cultura regional.

       Tradicionalmente, la zaranda es jugada por las niñas mientras que los niños emplean el trompo. Entre tantas modalidades, la más común consiste en agruparse en misma cantidades, hembras y varones, mientras ellas bailan las zarandas, ellos tratan de romperlas con sus trompos, al final de la ronda si queda alguna zaranda intacta ganan las niñas, si no, ganan los barones. Los muchachos más grandes también disfrutaban de estos juegos, usándolos incluso como forma de cortejo, pues atinar a una zaranda en movimiento con un trompo exige mucha precisión y destreza, así que los jóvenes haciendo alarde de ella, acordaban que si le rompían la zaranda a una muchacha, esta sería su novia por una noche, la del Velorio de Santos.

       Así que por más bonito que cante, y por más vistosa que sea al girar, la zaranda está destinada a ser partida tarde o temprano por la punta de un trompo.

       La elaboración de este juego es muy simple, se hace a partir del fruto del totumo pequeño o taparo de agua, el mismo que se emplea para elaborar las maracas. Sobre la preparación del taparo o camaza se desarrolla más en el artículo Luthería - Construcción de maracas llaneras 1era parte - La camaza.. También puede ser usado otro tipo de camaza o calabaza que a diferencia del totumo que proviene de un árbol, este nace de un tipo de bejuco y es un tanto mejor porque es más liviano y fácil de trabajar.

       Basta con extraer todo el interior del taparo, abrirle dos orificios por donde atravesará un delgado palo con la punta fina, un tercer hueco se deberá abrir a un costado para que pueda producir su sonido característico.

       Así como la boquilla de una flauta trasversa, el orificio en la zaranda corta el aire al girar, creando un sonido que puede variar desde un zumbido ronco hasta un silbido, son más apreciadas las zarandas que producen un sonido agudo y claro. El secreto que hay detrás de ello es ubicar el hueco un poco más abajo de la parte más ancha del taparo, si se hace muy por debajo no cortará suficiente aire y no sonará y si se hace muy arriba descompensará el centro de gravedad de la zaranda haciéndola temblar y roncar.

       En la imagen anterior se puede observar en forma general las medidas para elaborar una zaranda, las cuales dependerán del tamaño de la camaza o taparo y la ubicación relativa del hueco que canta. Se pueden elaborar zarandas muy pequeñas con taparas de tres centímetros de alto, hasta muy grandes con taparas de quince centímetros o más. Como se puede ver en la imagen, el palo tendrá el doble de largo que la altura de la camaza, los orificios pueden tener aproximadamente nueve medios de la altura para la parte de arriba y un sexto para el de de abajo, el orificio que canta varía mucho en su diámetro pero como referencia puede ser muy parecido al de la parte superior.

       Para este trabajo se elaboró un ejemplar usando un taparo de agua de 7cm de alto, por lo que basado en las proporciones antes dadas, el largo del palo fue de 14cm, el orificio superior y del costado 1,5 cm de diámetro aproximadamente y el inferior de 1.1 cm. El palo se hizo con la ayuda de un torno, sin embargo aunque menos preciso, se pude tallar a mano con un cuchillo. Para el guaral o cabuya se utilizó una trenza, complementándola con una pequeña tablita de madera con un agujerito por donde pasará el guaral.

       A continuación, un video realizado por @leonardoj333 de la puesta en marcha de la zaranda elaborada. Se usó de fondo musical "La zaranda" compuesta por Henry Martínez e interpretada por Serenata Guayanesa.

       En algunos pueblos se suele decir "esa muchacha es una zaranda", para expresar que le gusta mucho bailar y además lo hace muy bien, pues en el baile de joropo una de las figuras que realiza la pareja de baile consiste en que el caballero hace girar a gran velocidad a la bailarina, levantando su brazo mientras ella da vueltas.


Fuente

El siguiente video es un documental corto acerca de esta manifestación cultural y de cómo lo celebran en el pueblo de Casanare, Colombia.

       El juego de trompo y zaranda aprovecha y desarrolla la imaginación de los niños, pues se recrean con él batallas con personajes, naves y mucho más. Caso contrario de los actuales dispositivos de juegos como las consolas portátiles, donde es el aparato quien imagina por el niño.

¡Muchas gracias por leerme!

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