Ésta es una de esas historias increíbles en las que uno nunca sabe dónde comienza la realidad y dónde la leyenda.
La cuestión es que, ya sea por casualidad o por los designios del destino, éste artículo nos ha llegado a Steemit al igual que le llegó al protagonista de esta historia, el desenlace que a continuación veréis.
Os meto un poco en contexto:
- Nuestro protagonista es un empresario tejano llamado Henry Ziegland.
(No he encontrado fotos de fuentes contrastadas de este hombre)
- Un pueblo llamado Honey Grove, en Texas.
- Una noble chica y su hermano de Honey Grove de los que no se especifican los nombres.
- Acontecimientos ocurridos a finales del s. XIX y principios del s. XX (1893-1913).
Como dato curioso, ésta historia aparece en el libro "Casualidades, Coincidencias y Serendipias de la Historia" de Gregorio Doval.
-Una joven engañada, dos suicidios y una bala-
El empresario maderero Henry Ziegland corteja durante día y noche a una joven, hasta que ésta, prendida de su zalamería y tesón, acaba rendida en sus brazos.
Él le promete matrimonio, felicidad eterna y un futuro juntos en pareja.
Sin embargo, cuando nuestro charlatán protagonista consigue de ella su apreciada virginidad, todos los "castillos en el aire" se desmoronan y la abandona de manera tajante.
La chica sintiéndose engañada y con profunda vergüenza ante el cúmulo de rumores en el pequeño pueblo, acaba suicidándose.
Su hermano, espectador incapaz de evitar dicha tragedia y profundamente dolido, decide vengar el honor de su hermana y de su familia.
Sigue a Mr. Ziegland hasta el bosque sin que éste se dé cuenta y cuando llegan a la altura de un pequeño claro y un gran árbol, el hermano se acerca, le mira directamente a los ojos, apunta su revólver a la cabeza del causante de su desgracia y aprieta el gatillo.
La bala trazaba una trayectoria directa y certera hacia el cráneo de su víctima, a la que hubiera alcanzado si no hubiera sido por la rápida reacción de Ziegland en última instancia. Por milésimas de segundo, la bala sólo roza la cara del susodicho, incrustándose en la corteza del árbol.
El muchacho, viendo la cara ensangrentada de Ziegland y creyéndolo herido de muerte, arroja el arma a los arbustos y sale corriendo sin cerciorarse de la muerte y creyendo su venganza cumplida.
Un par de días se suceden y el recuerdo del disparo y de la cara ensangrentada no dejan descansar a su conciencia. Soñando con la cara de su víctima supuestamente muerta y con regueros de sangre que le quitan el sueño, decide que, tanto para eludir a estas pesadillas como para evitar el peso de la Justicia y el castigo de la Ley, se reunirá con su bienamada hermana pequeña, suicidándose.
Una tragedia en el pueblo que dejó impune al empresario maderero, ya que habiendo sobrevivido al incidente, ahora podía respirar tranquilo tras el suicidio del hermano.
Durante 20 años nadie le pidió explicación alguna al respecto y su conciencia no mantenía ninguna carga.
Sin embargo, una bala aguardaba paciente el momento preciso en el que el destino tejiese los hilos y ella pudiese ver cumplida su venganza.
Según la historia, se dice que los negocios trajeron de vuelta a Mr. Ziegland a Honey Grove 20 años después de aquellos incidentes.
Tenía por encargo talar una zona del bosque del pueblo y quedarse con una parte de la madera.
La casualidad o el destino quisieron poner a este hombre frente al mismo árbol donde un joven intentó matarlo 20 años atrás.
Cuenta también la historia que el tronco del árbol era tan duro como la roca y que los trabajadores de Ziegland no pudieron hacer mella en él.
El señor Ziegland, cansado de la dureza de este árbol y de los vivos recuerdos que se aparecían ahora ante su presencia, decidió dinamitarlo y librarse de aquella molestia.
Lo que Henry Ziegland no se imaginaba, es que el destino había preparado delicadamente todas las piezas en el tablero.
Al hacer estallar el tronco, miles de fragmentos de astillas volaron en todas direcciones, y entre estos fragmentos, una bala con 20 años de antigüedad se encaminó directamente hacia el hombre cuyo nombre llevaba grabado en su metal.
En apenas unos segundos, la vida de aquel hombre que había eludido durante un tiempo al destino, comenzó a escaparse de su cuerpo a borbotones.
Qué os ha parecido la historia? Casualidad? Destino? Justicia divina?
Todos vuestros comentarios al respecto serán bien recibidos.
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