Sangre de mi sangre que me corre por las venas,
me recorre tu dolor, me corroe tu lamento,
mis oídos retumban con tus gritos desesperados
pidiendo auxilio, y en mi corazón tu sufrir a quebrantado en llanto,
convirtiéndose en puras grietas, rompiendo cada arteria,
sujetándose de esa esperanza que no llega,
que se ve lejos e infinita,
que viene tardía pero con muchas maletas,
con un equipaje lleno de amor para los que esperan en Dios.
Te siento en cada latido,
en cada suspiro,
en cada canción,
te siento en tu valles
y en la pobreza de la nación,
siento tu dolor en los ojos
de los niños pidiendo pan
para luego acostarse sin su bendición,
están por todos lados
inocentes de esta maldición;
mujeres y niñas vendiendo su cuerpo
a cambio un poco de comida en el tazón,
venden su cuerpo pero no su alma ni su corazón.
Parece un abismo sin salida,
pero la salida será el amor
y una esperanza con fulgor,
esa esperanza y ese amor que le damos al prójimo,
al necesitado, al que sufre, a nuestro hermano.
Nos pueden quitar todo a nuestro alrededor,
llévense lo material,
nuestra comodidad,
nuestra seguridad, nuestra salud,
llévense nuestras huellas,
nuestra tierra, nuestra paz,
nuestra fuerza, nuestra sonrisa,
nuestra belleza,
pero jamás se llevarán nuestro amor
y la esperanza qué hay en nuestra querida Venezuela.
Soy tanto sin ser nada - Poema
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Perdida en ti -Poema
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